PLAZA PÚBLICA / Una casa para la UAM-Cuajimalpa

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Cuando el martes pasado se inició la construcción de la sede de la cuarta unidad de la Universidad Autónoma Metropolitana, en Cuajimalpa, se puso fin a un complicado trayecto en que esa institución tuvo que librar numerosos obstáculos, luchar contra mezquindades públicas y privadas, derrotar intereses espurios y aun enfrentar conflictos internos en el ámbito de las autoridades generales de esa universidad.

Como casa abierta al tiempo que se quiso que fuera en 1974, el año de su creación, la UAM debió estar también expuesta a los cuatro vientos, a los puntos cardinales del Distrito Federal. Así, en Xochimilco se abrió la sede sur, en Iztapalapa la del oriente y la del norte en Azcapotzalco. Por una diversidad de razones no se construyó un plantel en el poniente. Más de 30 años después del arranque de ese proyecto de renovación educativa se buscó remediar el faltante. En abril de 2005 el Colegio Académico de la universidad autorizó la creación de la cuarta unidad, a situarse en Cuajimalpa.

Si se hubiera escogido desde entonces la sede de la instalación no se habría tenido que encarar la suma de problemas que surgieron a partir de entonces. La zona es un claro ejemplo de las vicisitudes del desarrollo urbano, que desplaza actividades rurales y modifica sustancialmente el equilibrio ecológico. Mientras se daba paso a la organización académica, con la elección de autoridades, diseño de programas de estudio y reclutamiento de profesores, se avanzó con lentitud en la edificación de la casa donde el proyecto se concretara.

Un primer predio donado por el gobierno capitalino no pudo ser aprovechado por oposición de los habitantes del entorno y porque construir allí suponía infringir normas ambientales. Entonces la universidad decidió adquirir otra superficie, El encinal, operación que se hizo en condiciones que ameritaron la realización, tiempo más tarde, de una auditoría que halló incumplimiento a "las disposiciones normativas aplicables a la autorización y adquisición de bienes inmuebles" vigentes en la universidad. En septiembre de 2007 la Auditoría Superior de la Federación al fiscalizar esa operación emitió cinco recomendaciones por responsabilidad administrativa, que supusieron la aplicación de sanciones a personal de alto nivel. Previamente, la rectoría general de la UAM había presentado ante el Ministerio Público federal una denuncia de hechos por probable daño patrimonial a la institución.

Al comprar El encinal las autoridades partieron de...

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