PLAZA PÚBLICA / Peña Nieto, pura apariencia

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

El sábado 8 de mayo la Policía Federal y la Procuraduría General de la República desplegaron una vasta operación, que la infantería de Marina completaría el domingo y aun el lunes, en Atizapán de Zaragoza. Los primeros hallaron dos cadáveres y un vasto arsenal, que incluyó una pieza de artillería, 45 armas largas y 25 cortas, 20 lanzagranadas y 35 mil cartuchos.

En vez de estar atento a la delicada situación que eso implica, Enrique Peña Nieto fue a mostrarse a Hidalgo, con el pretexto de apoyar al candidato del PRI, que disfrutaba el registro ante la autoridad electoral. El gobernador mexiquense se exculpa diciendo que sus giras políticas son realizadas en fines de semana, como si fuera un oficinista que a las 15 horas del viernes cierra su covacha y vuelve a ella el lunes por la mañana. Días antes, sin embargo, Peña Nieto voló a Puebla en horas de trabajo de un día hábil, el jueves 6. Ante una acusación formal del PAN -que no prosperará porque la titular de la Fiscalía especial de delitos electorales es hermana del vicepresidente de información de Televisa, la gran patrocinadora-beneficiaria de la inmensa exposición pública del mandatario mexiquense-, Peña Nieto asegura que no acudió a un acto político (no obstante que se festejaba a Javier López Zavala y Mariano González Zarur, candidatos priistas al gobierno de Puebla y de Tlaxcala) sino a un acto social, con empresarios que alguna liga mantienen con la economía del estado de México, tan celosamente cuidada por el sobrino de Arturo Montiel, que pasó de ser su protegido a ser su protector.

Anteayer lunes, tras exhibirse en un festival para las madres, Peña Nieto habló de las acciones policiales en la Zona Esmeralda de Atizapán. Se refirió al asunto como si no le concerniera. Al modo de otros mandatarios locales, se escuda en que los delitos contra la salud son materia de jurisdicción federal. Pero no lo son los homicidios asociados al tráfico de drogas. De modo que su tartajosa declaración del lunes sobre el gran mercado de estupefacientes en que se ha convertido su estado es irresponsable y muestra los reducidos alcances de su acción gubernativa.

Siempre en campaña -la propia, sobre todo, aunque a ratos la asocia con la de candidatos de su partido en coyunturas electorales- el gobernador parece ignorar que el Ejecutivo local tiene deberes que, por ello, él incumple. Ya hemos señalado aquí, por ejemplo, las razones de fondo por las cuales hace mucho tiempo que el procurador Alberto...

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