Plaza Pública/ Matar en Sinaloa

AutorMiguel Angel Granados Chapa

EL LUNES POR LA NOCHE, EN CULIACAN, UN ASESINO certero disparó cuatro balazos contra Jorge Chávez Castro, ex alcalde de esa ciudad y procurador de justicia de Sinaloa entre 1981 y 1985. El homicidio tiene resonancia porque la víctima era el suegro de Alfonso Durazo, secretario privado del Presidente Fox. De lo contrario, no obstante la gravedad del acontecimiento en sí mismo, hubiera sido sólo parte de la triste normalidad en que vive aquel estado nordestino.

Aparte la criminalidad cotidiana, la que practican y sufren seres anónimos, y aparte también los ajustes de cuentas de la delincuencia organizada, apenas el domingo pasado un regidor del Ayuntamiento de Escuinapa, Samuel Serna Serna, miembro de Acción Nacional, fue asesinado a tiros. Suerte semejante padeció una semana atrás un agente del Ministerio Público del fuero común, caído en la capital sinaloense. Fernando Sainz Sánchez fue "levantado" por un comando cuando se dirigía de Culiacán a Mocorito, donde despachaba desde hace dos años. Su esposa fue testigo del secuestro, que tuvo un desenlace mortal dos días después. El cuerpo del funcionario fue hallado dentro de bolsas de plástico. Había sido muerto a golpes.

Chávez Castro, nacido el 19 de septiembre de 1934, se graduó de abogado en la universidad local en 1957, poco antes de la autonomía de esa institución. En ella enseñó durante largo tiempo, simultáneamente con el ejercicio privado de su profesión. Sólo interrumpió esas actividades cuando fue Presidente Municipal de Culiacán, en los últimos setenta. El Gobernador Antonio Toledo Corro lo nombró Procurador de Justicia. No obstante que desempeñó esas responsabilidades con general aprobación, no tuvo cargos en los sexenios siguientes. Sólo cuando tomó posesión el Gobernador Juan S. Millán volvió a ejercer funciones oficiales, como asesor en seguridad pública. Hasta hace una semana era el coordinador del consejo ciudadano en esa materia.

Era un hombre con la conciencia tranquila. No mantuvo escolta y paseaba solo muy temprano, a las cinco de la mañana. "Los ciudadanos de bien, los que no andamos enredados en cosas malas, tenemos la certeza de que no nos va a pasar nada", dijo cuando se le hizo notar su desprotección. Se equivocó al suponer que no tenía por qué sentirse inseguro: "Eso de que nos tocan balazos a los inocentes no es correcto", dijo apenas en septiembre, según recordó ayer el reportero José Alfredo Beltrán (Noroeste, 19 de febrero).

No es el primer ex Procurador...

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