Plaza Pública / La mala vida, la buena muerte

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Apenas la semana pasada se sobreseyó el caso de Ramón Sampedro, que quiso una muerte digna en enero de 1998, después de 27 años de inmovilidad, cuadrapléjico como quedó tras un accidente. Se ha extinguido, por lo tanto, la responsabilidad penal que gravitaba sobre Ramona Maneiro, la mujer ahora de 44 años que lo auxilió en su propósito.

Sampedro era un marinero, gallego, que se quebró las vértebras superiores al medir mal el desenlace de un clavado en la costa próxima a su casa. Enteramente incapacitado, pero lúcido, libró ante los tribunales una batalla para que se le permitiera suicidarse, y contar para ello con asistencia, necesaria por su parálisis. Lo apoyó en su propósito la Asociación Derecho a Morir Dignamente, que luego asesoró a Ramona Maneiro, que acercó al tetrapléjico un vaso de agua con cianuro y un popote, por el cual Sampedro sorbió la muerte. La mujer grabó en un video los últimos instantes de la degradada vida del ex marinero, en que él explicó su decisión. Eso no obstante, ella fue detenida entonces pero dejada en libertad poco después ante la falta de evidencias.

En enero pasado, al cumplirse siete años del acontecimiento, Ramona accedió a contar la historia en la televisión y luego la ratificó ante un juzgado de instrucción, que de inmediato reabrió el caso, pero lo cerró ahora para siempre, dos meses después.

El drama, la tragedia de Sampedro, su pelea por la muerte digna, fueron recogidos por Alejandro Amenábar en la película Mar adentro, que ganó en Hollywood el Óscar a la mejor película extranjera. No es casual que la estatuilla para la mejor cinta norteamericana, y las que correspondieron al mejor director y la mejor actriz, se otorgaran a un filme (Million dollar baby, Golpes del destino, de Clint Eastwood) que aborda el mismo tema, la eutanasia. En ese caso, una boxeadora que padece igualmente tetraplejia y la pudrición paulatina de su cuerpo, pide a su manejador que la prive de la vida, algo que ella no puede hacer por propia mano. Al consultar el terrible encargo con su párroco, que se limita a ofrecer consejos convencionales, el mánager se dice a sí mismo que "mantenerla con vida es matarla".

La exhibición de estas cintas en México y el mundo ha coincidido con el desarrollo de un embrollado caso en que se ventila la muerte voluntaria. Es una situación paradigmática del modo de ser de un sector de la sociedad norteamericana, que ha generado asombrosas infracciones legales en la cúspide del poder. Se trata de la prolongada postración de Terri Schiavo, nacida Schindler, cuyo momento final se ha convertido en una disputa familiar, legal, política.

Terri tiene 41 años. Hace 15 que yace en estado de coma, desde febrero de 1990. Antes, una dieta mal administrada le ocasionó un ataque...

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