PLAZA PÚBLICA / La izquierda emproblemada

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

La ya abierta contienda por la candidatura presidencial en los partidos que hace cuatro años postularon a Andrés Manuel López Obrador sintetiza los muchos problemas que los integrantes de aquella coalición (que ahora forman parte del frente político llamado DIA, Diálogo para la Reconstrucción de México) han de resolver si aspiran a triunfar en el proceso electoral de 2012 o al menos a no quedar como simple representación testimonial.

Además del escenario principal en que los propios aspirantes y sus seguidores deambulan, hay otros frentes donde se gestan movimientos relevantes por sí mismos y generadores de efectos en el espacio mayor, en que sin disputar aún la candidatura presidencial se preparan para obtenerla el propio López Obrador y Marcelo Ebrard. Si acaso habrá un momento en que sus pretensiones choquen, esa hora no ha llegado, por más que sus movimientos generen fricciones que son interpretadas, más en expresión de malos deseos que como fruto de un análisis, como marcas en la carrera que conducirá irreversiblemente a la colisión.

La etapa preelectoral que agita al Estado de México ha propiciado la expresión de dos tácticas diferentes que parten de la necesidad de impedir el triunfo del PRI en la elección de Gobernador el año próximo, por la trascendencia de desbancar a ese partido de uno de sus enclaves principales y porque la derrota del candidato priista a Gobernador (Luis Videgaray o Alfredo del Mazo) significaría un abrupto freno a la veloz carrera que parece llevar a Enrique Peña Nieto a la candidatura priista y a Los Pinos.

López Obrador se opone radicalmente a la coalición de los partidos que lo postularon en 2006 con Acción Nacional, como lo hizo frente a los comicios de julio pasado. Supone posible el triunfo de los partidos de izquierda. Esa posición ha conseguido ya la ruptura del DIA en esa entidad. Primero el Partido del Trabajo y después Convergencia han avanzado en esa línea, y esperan que el PRD haga causa común con ellos y no con el PAN, aunque su consejo estatal aprobó explorar el acercamiento al partido blanquiazul. Ebrard, en cambio, propugna la alianza entre su partido y Acción Nacional, pero sólo al cabo de elegir un candidato que satisfaga a las partes, que tenga capacidad de victoria y que se obligue a la aplicación de un programa común.

Los sostenedores de esta posición, que parten de la creencia de que sólo mediante la unión de las dos mayores fuerzas opositoras es posible la derrota del PRI, y que...

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