Plaza Pública/ Informes

AutorMiguel Angel Granados Chapa

Presentó ayer su Primer Informe el Jefe del Gobierno capitalino. Sólo es el primero en el sentido formal, pues lo leyó ante la Asamblea Legislativa, y hubiera podido presentarlo por escrito. Ya dos veces antes Andrés Manuel López Obrador informó al público en general, el 21 de marzo y el 1 de julio. Esos anticipos, y la continua exposición del gobernante de la Ciudad de México a los medios de difusión, que lo abordan al comenzar el día y en otras oportunidades si la ocasión se ofrece (y si no también), ha privado de su carácter propiamente informativo a la comparecencia del Jefe del Gobierno, práctica reciente en el ámbito local.

Semejante anticlímax se observó el primero de septiembre pasado, con el Informe presidencial. Por lo menos una vez, en mayo pasado, Vicente Fox se presentó ante la sociedad para dar cuenta del programa logrado, si bien por el momento en que lo pronunció fue más bien un alegato en pro de su nueva Hacienda Pública Distributiva. Igualmente presente todos los días ante los medios, y dueño de su propio espacio radiofónico semanal, no hubo asunto ni línea de acción a que no se hubiera referido con antelación a su primera presencia ante el Congreso de la Unión. Y si bien estaba en condiciones de ofrecer grandes noticias, como la expropiación de 27 ingenios azucareros, prefirió postergar el anuncio respectivo por 48 horas.

De ese modo, los Informes de titulares del Ejecutivo ante su órgano Legislativo van adquiriendo más bien el carácter de lance formal entre los Poderes. Esa naturaleza procede de una suerte de sentimiento de culpa del presidencialismo exacerbado, que buscó teñirse de cierto parlamentarismo que se ha quedado en lo escenográfico, aunque sea más real en el ámbito de la Ciudad de México porque es mayor la sujeción del Jefe de Gobierno a su Asamblea Legislativa.

En la ley orgánica del Congreso se previene, como lo hicieron antes acuerdos políticos que debieron ser refrendados año con año, que los grupos parlamentarios expondrán su opinión sobre el Informe antes de la llegada del Presidente de la República, lo que los hace insustanciales pues los voceros partidarios se pronuncian sobre un documento desconocido, y se dirigen a un destinatario ausente.

El Presidente Fox dejó saber su voluntad de acudir a la lectura de esas posiciones, y hasta se pidió al Partido Verde, antes de que rompiera con el Gobierno, cubrir la formalidad de invitarlo a llegar a las 17 y no después de las 19 horas. Al final, sin embargo, se...

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