Plaza Pública / Impunidad y fe

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Round para el cardenal Sandoval Íñiguez. O peor: triunfo suyo, por nocaut. Después de su demostración de fuerza dominical, me pregunto dónde está el agente del Ministerio Público que inicie en su contra acción penal por el presunto lavado de dinero por el que se le investiga. Más todavía: quizá debamos convencernos de que es falso el oficio de la Procuraduría General de la República a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (Conbava) en pos de información sobre sus movimientos pecuniarios. O que leer en la primera plana de Reforma, el jueves 11 de septiembre las líneas de esa comunicación que presentan al cardenal como indiciado, con todas sus letras, fue una pura ilusión óptica.

Aquí no ha pasado nada. Con habilidad que le viene de la experiencia secular de la Iglesia, el purpurado tapatío maniobró para desmantelar la tentativa de indagar sus cuentas, en relación con los negocios de José María Guardia López, su amigo dilecto, al que recomienda ante las autoridades para obtener licencia para portar armas y que es a su vez contacto para obtener gajes eclesiásticos de "la sangrienta tiranía del Caribe" como ha llamado el extremismo católico al gobierno de Fidel Castro en Cuba.

En dos domingos desbarató el cardenal el intento de investigarlo. El 21 de septiembre se hizo recibir por el Presidente de la República, en su rancho guanajuatense. Y el 28 de septiembre saludó feliz y emocionado, desde la Catedral que es asiento de su gobierno arquidiocesano, a decenas de miles de fieles que anunciaron su decisión de llegar hasta la muerte con tal de salvarlo de los embates heréticos que en vez de saber que es un Hombre de Dios sospechan que ha incurrido en la tentación de acercarse al mal. Con esos apoyos, ¿quién intentaría ceñir al cardenal arzobispo de Guadalajara al imperio de la ley?

Sólo un defecto tuvo la presión sabiamente ejercida por el miembro del colegio cardenalicio. Si alguna vez se hace público el resultado de la indagación bancaria y el arzobispo jalisciense, como argumenta, sale limpio, nadie creerá que es así porque es así, sino que tal resultado fue construido por él en las jornadas dominicales con que se defendió. En vez de esperar a que la averiguación previa dejara en claro que sus preocupaciones no son terrenas, el cardenal se apresuró a dar indicaciones de lo contrario. No habrá acción penal en su contra. Pero no sabremos si no había motivo para que de cualquier modo no se ejerciera esa acción penal.

Nuestra resignación a que...

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