Plaza Pública / Gobernadores en la tormenta

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Los últimos días de este mayo serán inolvidables para el Gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña. Se encuentra ahora en la calma de una gira en el extranjero, pero hace una semana se hallaba en el centro de la tormenta. Como otros ejecutivos estatales -Andrés Manuel López Obrador, José Murat, Sergio Estrada Cajigal-, el jalisciense protagonizó relevantes acontecimientos políticos, inmediatamente después de ser anfitrión de la cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea.

El día mismo en que Jefes de Estado y de Gobierno de esas regiones hablaron de multilateralismo y cohesión social ante y bajo los murales de José Clemente Orozco, la Policía estatal enfrentó la protesta de activistas locales y otros llegados a Guadalajara desde algunos de los países representados en la reunión de Mandatarios. Amén de los encaramientos, que esta vez produjeron no sólo altermundistas lesionados sino también gendarmes heridos, las movilizaciones contra la cumbre fueron aprovechadas por provocadores que no sólo golpearon con furia a pacientes agentes policiacos -pacientes hasta que dejaron de serlo- sino que asaltaron establecimientos comerciales y a transeúntes.

Cuarenta y cinco personas fueron detenidas, y contra algunos de ellos se solicitaron órdenes de aprehensión. Todavía está por decidirse la situación de 32 activistas, que alegan no haber participado en los saqueos ni en el ataque a la Policía (que al parecer no buscaba después quién la hizo sino quién la pague). Algunos de los liberados denunciaron maltrato y aun tortura, como castigo por haber roto la tranquilidad de la capital tapatía. El propio Gobernador Ramírez Acuña formuló una doctrina, la de la excepcionalidad jalisciense, asegurando que en cualquier otro punto de la República acaso se toleren desmanes como los que atribuye a los antes llamados globalifóbicos, pero no en el estado que gobierna. Visitó a los granaderos lesionados y los confortó con alegatos en favor de la ley y contra el desorden.

Al día siguiente de la cumbre, el sábado 29, el Gobernador tenía invitado a comer a su amigo Felipe Calderón. Aunque es 10 años mayor que él, Ramírez Acuña y Calderón han hecho armas políticas juntos. Apenas un año después de su ingreso al PAN en 1969, el muy joven Ramírez Acuña, entonces estudiante de Derecho en la Universidad de Guadalajara, apoyó en Jalisco la candidatura presidencial de Efraín González Morfín, cuyas tesis sociales y políticas fueron en un tiempo abrazadas también por Calderón. Sin embargo, ninguno de los dos (Calderón era un jovencito de 16 años) se sintió tentado a acompañar a González Morfín cuando denunció la infiltración de intereses empresariales en el PAN (y eso que no se producía aún la cargada empresarial iniciada en...

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