Plaza Pública / Fujimori

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Detenido en la escuela de gendarmería del gobierno de Chile, en Santiago, el ex presidente peruano Alberto Fujimori está desde su cautiverio en campaña para retornar no sólo a Perú, sino a la Presidencia que abandonó y a la que renunció a distancia, sin que se hubiera tenido como presentada su dimisión.

Hace seis semanas que Fujimori dejó su refugio japonés, pasó por Tijuana (donde la negligencia o algo más de las autoridades migratorias le permitió hacer escala) y llegó a la capital chilena, donde se hizo efectivo un antiguo pedido peruano a la Interpol y fue detenido. Está en espera de que se tramite la solicitud de extradición anunciada por el gobierno de Lima. Pero la reclusión no le impide su activismo. El fin de semana pasado fue visitado por dirigentes del partido Sí Cumple, que se proponía postularlo a las elecciones para reemplazar a Alejandro Toledo en abril próximo. Tras María Cuculiza y Martha Moyano, el sábado pasado, víspera de la jornada electoral chilena, llegó el secretario general de ese partido, Luis Delgado Aparicio, quien visitaba al ex Presidente en Tokio y estaba al tanto de sus planes para volver a Perú, que se interrumpieron por su captura.

La conversión del alojamiento (más que prisión) de Fujimori en meta de sus seguidores ha incomodado al gobierno de Lima, que ha expresado su molestia a la cancillería chilena porque se le permite un activismo que a su juicio no corresponde a un presunto delincuente, cuya extradición está siendo cursada en estos días. La mera permanencia del ex Presidente en un centro de reclusión, y su diligencia política, ha agregado tensiones a la relación entre Perú y Chile, que poco antes del arribo de Fujimori había conocido un punto crítico al ser expedida una ley por la que Lima estableció unilateralmente las bases de su frontera marítima, sin atender la opinión chilena. Parecería que por eso el gobierno de Santiago carece de interés en ahorrar una molestia política a Toledo y considera que el régimen de visitas a Fujimori es el que se estila en el plantel policiaco donde lo mantiene resguardado.

El gobierno de Toledo ha presentado ante una sala constituida ex profeso en la Corte Suprema de Perú 17 expedientes, relativos a sendas acusaciones que constituyen el fundamento de su solicitud de extradición. Ese trámite interno concluirá la próxima semana (o acaso se prolongue un poco, más allá de Navidad) y a partir de enero la justicia chilena determinará si Fujimori queda libre o si es...

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