Plaza Pública / Elecciones mexiquenses

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Los 9 millones de votantes en el estado de México elegirán hoy 125 ayuntamientos y 75 diputados. No es verdad que los comicios en esa entidad sean la maqueta de los federales del 2 de julio, pues están presentes factores locales que les dan singularidad. Pero el solo número de ciudadanos inscritos en el padrón, el mayor de entre todas las entidades, les confiere especial importancia. También la tiene porque es uno de los pocos estados donde la contienda comprende a los tres partidos de mayor presencia nacional. En casi todo el resto del país se han configurado bipartidismos, entre el PRI y el PAN, en la mayor parte de los casos, o entre el tricolor y el PRD. En cambio el panorama mexiquense muestra tres componentes de fuerza semejante. También da relevancia a la elección de hoy la situación interna del PRI, dada la frágil situación política y aun jurídica del ex gobernador Arturo Montiel, que hizo todo para seguir gobernando al concluir su periodo y hoy verá frustrados sus empeños.

El dominio priista en el estado de México fue tan abrumador como en todas partes hasta 1996. Ese es el año del gran salto adelante de la oposición. Todavía en la elección de ayuntamientos del trienio anterior el avasallamiento priista sólo permitió que Acción Nacional gobernara seis municipios y tres el PRD, de un total de 121. Desde hace 10 años no sólo crece el número de ayuntamientos gobernados por los partidos opositores al tricolor, sino que la mayor parte de la población del estado es regida por gobiernos de ese origen. Todavía el PRI triunfa en la mayor parte de los ayuntamientos, pero su presencia se conserva casi sólo en pequeños espacios rurales y en los de conurbación de Toluca.

Pero la capital misma ha tenido gobiernos panistas en los últimos seis años, y es posible que complete nueve si como parece posible el perdedor es Luis Miranda Nava. En una época en que no pocos candidatos priistas son derrotados, su caso no tendría mucho de particular, de no ser por sus antecedentes. Fue secretario de finanzas de Arturo Montiel, y la acusación del regidor perredista José Luis Cortés contra el ex gobernador se dirigió también contra el hoy candidato, pues la inscripción de inmuebles en el Registro de la propiedad y el comercio a nombre suyo, de su padre y de otros familiares sugirió al denunciante un enriquecimiento que debía ser explicado. En vez de hacerlo, Miranda Nava respondió con denuncia contra Cortés por difamación. Es probable que tampoco gane en ese...

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