PLAZA PÚBLICA / Las otras elecciones

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

El proceso electoral del Estado de México atrae la atención de la opinión pública participante por razones explicables. Las más perceptibles son, por un lado, que contiende sin contender el gobernador Enrique Peña Nieto y, por otra parte, que Andrés Manuel López Obrador necesita probar que la movilización directa de los ciudadanos, con él mismo a la cabeza, puede contrarrestar una campaña poderosa en dinero y difusión.

Es preciso, sin embargo, que consideremos que en julio mismo hay jornadas electorales también en Coahuila y Nayarit. Sus resultados tendrán un efecto más allá de los linderos de esas entidades. Aunque se aprecian altas posibilidades de que el PRI, que gobierna ambos estados, los conserve bajo su control, eventualmente puede ocurrir el triunfo de la oposición.

En ambos lugares se frustró la coalición que habían anunciado el PAN y el PRD como parte de su política de alianzas, exitosa en 2010, pero que comenzó a naufragar apenas se inauguró este año electoral. Ni en Guerrero ni en Baja California Sur se reeditó esa unión partidaria, aunque el candidato del PAN guerrerense declinó a última hora la búsqueda del voto y pidió a sus partidarios votar por el priista postulado por el PRD. En Baja California Sur de la alianza se pasó a la contienda áspera debido a que el PAN acogió -y con él alcanzó la victoria- a un fallido candidato perredista.

En Nayarit el fracaso de la coalición PAN-PRD, programada con mucha anticipación, ha significado un fuerte golpe de la corriente Nueva Izquierda, pues se calculó que juntos los dos partidos llevarían al gobierno a Guadalupe Acosta Naranjo, uno de los principales dirigentes del chuchismo. Rota la alianza, el candidato del PRD no sólo tiene, a solas, escasas posibilidades de triunfar, sino que acaso quede en tercer lugar. Paradójicamente, causaría ese desairado desenlace una compañera de bancada de Acosta Naranjo en la fracción perredista en San Lázaro, Martha Elena García. Ella es esposa de Antonio Echevarría, que en 1999 ganó la gubernatura sostenido por una amplia alianza opositora al PRI, partido a que había pertenecido largo tiempo. Ya gobernador, se afilió al PAN y acaso por tomar esa opción no consiguió que cristalizaran las aspiraciones de su esposa, de ser candidata a sucederlo. Recuperado Nayarit para el PRI hace seis años, hace dos la señora García fue elegida diputada federal por el PRD. Su activismo en ese partido fue exitoso y resultó precandidata, misma condición que tenía Acosta...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR