Plaza Pública / Debates falsos y verdaderos

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Detrás de falsos debates, o de la ausencia de discusiones verdaderas, bullen enfrentamientos de intereses reales: La presentación de Roberto Madrazo y Everardo Moreno es sólo apariencia, que no alcanza a encubrir el conflicto de fondo en el PRI. El debate sobre las finanzas públicas no ocurre en la tribuna del Congreso sino en conciliábulos secretos. Y la crítica de Fox a Maradona es sólo escudo para su posición pronorteamericana frente al sur.

El "encuentro ante los medios" sostenido por Madrazo y Moreno el jueves pasado fue calificado de insípido, aburrido, tedioso, intrascendente y, para los observadores más benévolos, insatisfactorio. Más de uno de los pocos asistentes al acto en el auditorio de la sede priista se adormiló y no porque acompañara las ensoñaciones que exponían los precandidatos priistas. No hubo polémica ni enfrentamiento de ideas y de propuestas, sino la repetición a veces estentórea de los lugares comunes de los credos priistas, el de antes, del nacionalismo revolucionario expuesto por el ex subprocurador de la República y el de ahora, el del neoliberalismo salinista enunciado por el ex gobernador de Tabasco. Según denunciaría después Moreno, Madrazo contó con apuntador electrónico: a través de un audífono (chícharo en la jerga audiovisual) conocía las preguntas que formuló el moderador Carlos Ramos Padilla. Y le soplaban las respuestas.

Quizá los únicos frutos del encuentro fueron, por un lado, la demostración del género de alianzas políticas que placen a Madrazo, que contó con la presencia y simpatía del industrial y comerciante Víctor González Torres, que se moteja a sí mismo como Doctor Simi, haciendo suyo el emblema de su negocio farmacéutico, y quien es apoyador también de Beatriz Paredes y de Dante Delgado. Por otra parte, tras anunciar la presentación de su declaración de bienes (que resumió diciendo que posee cinco departamentos, dos casas, un despacho, un terreno y cinco automóviles) Moreno emplazó a Madrazo a hacer lo propio. Aceptó éste el reto pero no precisó cuándo haría conocer su patrimonio. No lo hizo inmediatamente.

Madrazo no se enfrenta con Moreno, porque no es él su verdadero adversario, ni menos su enemigo. Los que verdaderamente lo son insisten en la tardía pretensión de ponerlo fuera de combate, de evitar que sea el candidato del PRI, o de estorbar su aspiración, que seguramente se formalizará el próximo domingo, cuando sea elegido por la mayoría de los votantes, que acudirán a las urnas en número mucho menor de quienes eligieron a Francisco Labastida hace exactamente seis años, el 7 de noviembre de 1999.

Vencedor de Madrazo entonces, Labastida intenta ponerse a la cabeza del movimiento que frenara hoy al tabasqueño. Tuvo algún papel en la integración del Tucom, el grupo denominado Unidad Democrática, y la noche misma del día en que Arturo Montiel fue guillotinado, apareció en la emisión de Carmen Aristegui en CNN esbozando...

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