PLAZA PÚBLICA / 'El Chapo' y sus liberadores

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Diez años después de la fuga de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, prófugo desde entonces, son evidentes dos hechos: la creciente prosperidad del jefe del cártel de Sinaloa, que en su libertad ha ganado suficiente dinero para ser tenido entre los hombres más ricos del mundo, y también de los más poderosos (según los respectivos recuentos de la revista Forbes). Y la bonanza por lo menos política de que disfrutan los funcionarios del gobierno de Vicente Fox a quienes concernió la huida del más notorio narcotraficante mexicano.

Oficialmente, El Chapo salió del penal de Puente Grande oculto en un carrito de lavandería el 19 de enero de 2001. La periodista Anabel Hernández ha realizado una investigación que revisa esa información y ha determinado que la fuga se produjo el 20 de enero por la mañana. Horas antes habían llegado con gran aparato, avisados de que la fuga se había ya producido, tropas de la Policía Federal Preventiva y de la Policía judicial federal. La reportera, conocida por sus averiguaciones recogidas en libros contundentes (La familia presidencial, Fin de Fiesta en Los Pinos y Los cómplices del Presidente, referidos a Vicente Fox los dos primeros y a Calderón el tercero), asegura que El Chapo "ha contado a sus cercanos, e incluso a negociadores enviados por la Presidencia de la República, la verdadera historia de su fuga. La mañana del 20 de enero de 2001, cuando Jorge Tello Peón, Enrique Pérez Rodríguez y Humberto Martínez de la PFP entraron en el penal para investigar la supuesta huida, el capo salió de la prisión. La movilización de los elementos de la PFP y la PJF creó deliberadamente un escenario confuso, más aun en la oscuridad de una mañana de invierno. Vestido con un uniforme de la PFP y con el anonimato que dan los cascos o las capuchas usados por los policías, Guzmán Loera fue sacado del penal acompañado por integrantes de la misma corporación. Luego fue transportado en un vehículo oficial a varios kilómetros del penal. En algún punto del camino El Chapo se bajó del auto y se subió a un helicóptero que lo llevó al estado de Nayarit".

Pueden los lectores del libro confiar en lo dicho por la investigadora o no. Es incuestionable, en cambio, el papel, probado documentalmente y por testimonios inob- jetables, que esos funcionarios desempeñaron en el marco de la huida de Guzmán Loera. Éste había sido aprehendido en junio de 1993, muy poco después de que presuntamente fuera confundido con el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo...

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