Plaza Pública / Calderón en Yucatán

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Algo sabemos de fijo, de la boca misma del caballo, como se dice: hubo operadores de Los Pinos en la jornada electoral yucateca del domingo pasado. Que el gobierno federal se entrometiera en las elecciones era tenido por muchos como normal en el autoritarismo priista. Hoy nos enteramos que como resabio de esa época la casa presidencial tuvo enviados a la península, no como dice la Secretaría de Gobernación creyéndonos candorosos o algo peor, al asegurar que "las actividades de las dependencias del Ejecutivo se circunscribieron a la vigilancia de los programas del gobierno federal en Yucatán, velando puntualmente por su adecuado destino, de modo que ningún partido o candidato obtuviera beneficio alguno".

No, el líder nacional panista Manuel Espino se refirió a otra cosa, cuando el martes informó a la prensa, con toda intención de generar atención pública sobre su dicho, que telefónicamente había reprochado a Juan Camilo Mouriño el que se "manden desde Los Pinos operadores que no se coordinen con la dirigencia del partido". Tal vez al dirigente del PAN le hubiera parecido menos lesiva la presencia de tales enviados de haber sido en su provecho, en su misma línea de acción, como no le pareció impropia la permanente, abierta y reconocida injerencia de Fox en el proceso electoral del año pasado. Por lo que se ve, la intromisión de funcionarios del Estado en elecciones molesta a Espino sólo cuando no corresponde a su interés, no porque la considere violatoria de la neutralidad estatal.

Espino habló con Mouriño porque sabe que con él debe entenderse, dada la creciente presencia del jefe de la oficina de la Presidencia en la esfera de acción del Ejecutivo, no sólo por el género de funciones establecidas en el decreto que recreó esa oficina (vigente en los días en que José Córdoba la ocupaba, a la vera de Carlos Salinas) sino porque la operación política cotidiana del Presidente le ha sido confiada también.

Mouriño, según sabe Espino, concibió o puso en práctica la captura del consejo nacional por la corriente opuesta al líder nacional mismo, que ha generado incidentes durante la elección de los integrantes de ese órgano. Enrique Navarro, miembro del comité nacional, encabezado por Espino, denunció a fines de marzo la injerencia gubernamental en ese proceso, algo que finalmente se decidió discutir en privado, pero cuya evidencia había quedado expresada. Mouriño habría sido también quien el sábado pasado organizó la ausencia de los consejeros afines...

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