PLAZA PÚBLICA / Bazbaz de un lado a otro

AutorMiguel Ángel Granados Chapa

Dos días antes de que desapareciera la niña Paulette Gebara Farah, el caso que lo ha puesto en el centro de la escena pública más allá de los confines de su jurisdicción, el procurador de Justicia del estado de México, Alberto Bazbaz Sacal, había festejado el segundo aniversario de su asunción del cargo, pues tomó posesión el 19 de marzo de 2008.

Su nombramiento había sido aprobado por mayoría en el Congreso local. Además del PRI, el PAN se sumó con entusiasmo a la decisión, pues seguramente era conocido del diputado Carlos Alberto Pérez Cuevas, que ahora es vicecoordinador de la bancada panista en San Lázaro. Es que la mayor parte del brevísimo trayecto del nuevo funcionario relacionado con la procuración de justicia (que suma apenas más de dos años) había ocurrido en la administración federal panista. Nacido el 24 de octubre de 1973, Bazbaz acabó sus estudios en la Universidad Anáhuac, donde se graduó de abogado y maestro en ciencias penales, y donde enseña hace 11 años. En 1994 fue agente del Ministerio Público federal y durante la década siguiente se dedicó al litigio privado. Sólo cuando comenzó la gestión de Eduardo Medina Mora en la Procuraduría General de la República volvió al servicio público, en áreas y tareas no sustantivas de esa dependencia: fue asesor de la Coordinación de planeación y desarrollo institucional, y después asesor del propio procurador Medina Mora. En septiembre de 2007 pasó a ser director general de Control de procesos penales federales, donde permaneció apenas unos meses, hasta que fue llamado por Peña Nieto a colaborar con él en una labor particularmente delicada, pues día con día aumentaba la violencia criminal en el estado, lo que no ha dejado de ocurrir mientras Bazbaz ha sido el procurador. A su impericia en labores sustantivas del Ministerio Público ha añadido su desconocimiento de la entidad. Ignoro si nació en ella o no, pero lo que es ostensible es su desvinculación con la misma, al punto de que uno de los 16 diputados que objetaron su nombramiento (frente a los 53 que lo aprobaron) lo desafió a identificar determinados municipios en un mapa del estado. No hubiera pasado la prueba.

No era un concurso de geografía, se dirá. Pero es que tampoco ha aprobado el desempeño de su cargo. Su ineptitud y algo más han quedado de manifiesto en el penoso caso de una niña colocada en medio de desavenencias familiares a las que no tenemos derecho a entrar ni nos interesa hacerlo. Bazbaz se apersonó en la casa de la...

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