Plaza Pública/ Aeropuerto

AutorMiguel Angel Granados Chapa

Más viva que nunca, la absurda campaña pública que busca influir en la decisión de dónde debe ser construido el aeropuerto de la Ciudad de México que sustituya al Benito Juárez (de cuyo nombre ya nadie quiere acordarse) es onerosa, estéril y aun ridícula. Ha costado ya tanto dinero, sin embargo, que sirve para barruntar la cuantía y naturaleza de los intereses en presencia.

Dos gobernadores priístas encabezan promociones intensas y onerosas para mostrar que su proyecto es el más popular. Pareciera que en ello les va la vida. Viajan y persuaden (o dicen hacerlo) a grupos interesados directamente en el tema aeroportuario, o a los que sólo les importa figurar, al modo en que lo hacen los patrocinadores de reinas de simpatía en festivales escolares. Cada día en los más diferentes medios de información aparecen Arturo Montiel o Manuel Angel Núñez Soto en inserciones pagadas que los presentan como caudillos de una causa de que parece depender el futuro de los mexiquenses o los nacidos en Hidalgo. Y es que, carentes de proyecto político y económico propio, sometidos como están cada uno por su lado a grupos de poder local que los ungieron para que gestionen sus intereses, se han asido a la posibilidad de que su estado sea la sede aeroportuaria como quien se aferra a la lancha salvavidas en medio de la tempestad.

El tema se ha banalizado al punto de parecer que quien haga la mejor publicidad (o la más vistosa y cara) o sume el mayor número de votos obtendrá la sede, como si esos factores triviales fueran determinantes, y no los de carácter geológico, ambiental, urbano, económico, político y aeronáutico que en verdad contarán a la hora en que se tome o se haga pública la decisión. Que no será ya en el junio que ahora empieza, tal como se había anunciado, sino en cualquier fecha posterior, no necesariamente cercana.

Como hidalguense que desea lo mejor para la gente de su estado, y ejerce el privilegio de la voz pública, se me ha requerido para expresar mi parecer en pro de la opción a la que se conoce como Tizayuca (que comprende además los municipios de Tolcayuca, Villa de Tezontepec y Zapotlán). No reacciono automáticamente en tal sentido. Los grandes proyectos de una cierta industrialización, sin embargo, han causado tanto bien como daño en Hidalgo, por lo que no es posible darles la bienvenida de modo mecánico, tal como lo postula la propaganda gubernamental. Una termoeléctrica y una refinería situadas en los límites de Tula y Atitalaquia no...

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