Piso parejo, así de simple

AutorLorena Martínez Ramírez
Páginas109-117
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Piso parejo, así de simple
Lorena Martínez Ramírez
Introducción
Sí, las mujeres hemos logrado grandes avances en materia de participación política y ciu-
dadana en lo que va del siglo XXI. Bueno, avanzamos muchísimo en el siglo XX también,
cuando vino la liberación femenina, el derecho al voto y las diferentes ideas del feminis-
mo. Pero en México, en materia de derechos y participación, estamos lejos de habitar en
un mundo de iguales. La cancha política en nuestro país está hecha para hombres y por
ende es un territorio dispar para el género femenino. Los estereotipos son la primera
barrera que tenemos que vencer las mujeres para comenzar a equilibrar los escenarios.
¿Qué son estos estereotipos? Eso es fácil responderlo: las niñas son frágiles y visten
de rosa, juegan a las muñecas y a la comidita, leen cuentos de princesas abnegadas que
buscan príncipes que les resuelvan la vida y estudian, las que tienen suerte, mientras se
casan y las que no, pueden tener trabajos relativos a su rol de género. Los hombres jue-
gan a la guerra, a la política, a los policías y los ladrones y sueñan con ser lo que les dé la
gana ser. Los hombres mantienen y las mujeres son mantenidas, las mujeres obedecen
y los hombres mandan. Esos son ejemplos de estereotipos de género30.
La educación en nuestro país encasilla a hombres y mujeres en roles específicos donde
la mujer pierde, porque son de dominación, hay quien está arriba y quien está abajo.
Ellas no deciden sobre sus destinos y éste era el modelo imperante que hemos venido
erosionando, pero que está lejos de derrumbarse.
En este contexto, el modelo cultural y educativo vigente en nuestro país no sólo no ayu-
da sino que entorpece bastante la incorporación de la mujer a la arena política. A quien
sacrifica su papel de madre y esposa para involucrarse en la cuestión pública se le juzga.
El modelo de pensamiento imperante ve a la mujer, al día de hoy, como inferior o por
lo menos como menos capaz que el hombre para desempeñar cargos de importancia.
La que llega lo hace mediante el uso de su valor como objeto sexual, hace trampa, lo
consigue a base de favores, se cree en el modelo. Cuesta trabajo, dentro de este falso
30 Pérez, B., (compiladora). Prejuicios, estereotipos y asignación de culpa. Revista Electrónica de Metodología Aplicada, Vol. 16
nº 1, pp. 1-12 1. 2011, Universidad de Oviedo, España.

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