Tópicos/ Piropos: Pseudo cultura latina

AutorClaudia Ordaz

"El lugar de la mujer es el dormitorio".

Ferdinando Marcos, ex presidente de Filipinas (1986)

Mujeres. Geishas, concubinas de harems, mujeres afganas, mujeres latinas, mujeres de ojos grandes o pequeños, de dientes anchos, de sonrisa amplia.

Somos un pequeño taller donde fabricamos vidas, somos cabeza y corazón.

Andando por las calles de Canadá pude hacerlo como pocas veces, tranquila, sin sentirme asediada, no es que sea una beldad, pero en países como Canadá uno puede andar cómoda sin que le griten de cosas, ni le chiflen, ni la miren libidinosamente.

No sé si sea algo cultural, algo que tenga que ver con el clima, me es imposible imaginar a un inglés gritando "¡adiós, güerita!".

Lo cierto es que es universal el etiquetar a la mujer como un objeto de deseo, como una cosa, tal vez sea culpa de la mercadotecnia, de hacernos la vida más light, de transgiversar la escala de valores y tenerla patas p'arriba e ir alimentando nuestro "ego" con novedades como la liposucción, la comida light, teñirnos el cabello con mechones en variados colores, tener un cuerpo de "niña abandonada" para parecernos más y más a una muñeca sacada de un cuento surrealista y parecer todas Barbies, siendo víctimas de los monstruos azules de la anorexia y la bulimia.

Ser mujer es difícil porque nuestra naturaleza humana es más compleja, tenemos mayor número de hormonas que nos rigen y nos hacen explotar del júbilo al llanto en cuestión de segundos, nuestro temperamento es más caprichoso que la trayectoria de una montaña rusa, nuestra alma es un complejo mosaico de sentimientos que rara vez nosotras podemos descifrar.

En estos tiempos ser mujer es doblemente difícil puesto que competimos con otras mujeres, competimos a la vez con los hombres, y por si fuera poco vivimos en un mundo que demanda una perfección exterior y que poco se preocupa por la realización interior.

Ser mujer es difícil en los países latinos, aunque muchas de mis coterráneas no opinen lo mismo. Es difícil caminar por las calles sin que se nos lance "una flor", como se le denomina comúnmente a los piropos.

Muchas me dicen que a ver si repelo tanto cuando sea una anciana de cabellos grises y dentadura...

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