Chicharrón para el piojo

MIGUEL HERRERA estaba más feliz que de costumbre, irradiaba serenidad y al pararse por última vez en la sala de conferencias del Nido de Coapa, trató de disimular la mezcla de sentimientos que lo embargaba.

Ayer dirigió su última práctica, ensayó con toda calma el parado de su equipo, armó dos conjuntos para analizar sus opciones y al final del día se despidió en medio de una taquiza que organizó el club, apenas se levantó y vinieron los aplausos.

Nunca antes en el América un técnico había logrado tal empatía con los medios y con el personal que labora en el lugar.

"Uno tiene sentimientos encontrados, abandonar esta institución, siento tristeza por abandonar a este grupo de trabajo, pero feliz de ir con otro, que es el top, que es la Selección de tu País", explicó.

A pregunta expresa de si no habría obsequios para los jugadores del América, mencionó que de su parte entregará algunos presentes a sus pupilos, fiel a su costumbre, aunque nunca le ha gustado hacerlo de una manera pública.

"Yo también les doy regalos, pero no lo pongo en un twitter", recalcó, en referencia a los presentes...

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