'Pintan' niños deportados sus derechos

AutorDiana Gutiérrez

¿Quieres pintar? preguntaba la artista visual Michelle Páez a cuanto niño llegaba al albergue Casa YMCA de Chihuahua, tras haber sido deportado por las autoridades migratorias de Estados Unidos. Hasta que un día conoció a un pequeño de ocho años que, aunque estuvo menos de cinco minutos, pintó todo el pasto del mural que ella trazaba.

"Llegó y dijo que quería pintar y en unos segundos coloreó de verde todo el pasto del mural. Se tenía que ir porque en el albergue no se aceptan a menores de 10 años. Me aventó la brocha y se fue", evoca Páez, coordinadora junto con la antropóloga María Eugenia Hernández y la artista visual María Esther Vega, del taller de pintura instalado en 2007 en Casa YMCA.

Durante un año, las investigadoras acudieron a la asociación civil con regularidad y un plan que asegurara el acercamiento con los niños y jóvenes que pasaban un par de días en sus instalaciones, ofreciendo historias diferentes.

"Hubo niños que no participaban, otros lo hacían con facilidad y algunos requerían que nos distanciáramos para integrarse. Vienen hartos de las preguntas y no podíamos sonar a más indicaciones y obediencia", afirma Hernández.

Becado por el Programa de Estímulos a la Creación y el Desarrollo Artísticos "David Alfaro Siqueiros" del Instituto Chihuahuense de Cultura y la Dirección General de Vinculación Cultural con los Estados de Conaculta, el taller duró un año y del trabajo pictórico de entre 100 y 150 niños resultó el Manual de Derechos para Niños en Movimiento.

Las investigadoras seleccionaron entre cientos de dibujos para combinarlos en un tríptico que informaba sobre sus derechos durante...

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