Los Pinos, un sitio lleno de cultura, pero sin control

CIUDAD DE MÉXICO, julio 31 (EL UNIVERSAL).- La historia del patrimonio que ha formado parte de la Residencia Oficial de Los Pinos es un rompecabezas con miles de piezas y muchos faltantes. Los capítulos que se han escrito se encuentran desperdigados en libros de investigación periodística y documental, así como en la prensa nacional. En esos fragmentos de historia se puede vislumbrar que desde 1934 y después de 14 presidentes de la República, la Residencia Oficial pocas veces ha sido vista como depositaria de bienes mueble de la nación, de objetos con valor histórico, artístico y cultural.

En 1934, con Lázaro Cárdenas, el lugar de residencia se caracterizó por la austeridad, pero sexenio tras sexenio los pisos se fueron llenando de mármol, los techos de candelabros, el mobiliario de diseños de lujo con decorados que iban del europeo a la artesanía mexicana, y en las paredes se colgaron obras de los artistas más reconocidos del país, de José María Velasco a Raúl Anguiano, pasando por los grandes del muralismo nacional.

A lo largo de los años ha habido inventarios que dan cuenta de que muchos objetos han tenido otros destinos tras cada remodelación emprendida por los nuevos ocupantes, principalmente, por las primeras damas. Pianos que han ido a parar al Conservatorio Nacional de Música, sillones a bodegas del Castillo de Chapultepec, obras de arte que habían estado en comodato han regresado al Instituto Nacional de Bellas Artes o a la Secretaría de Hacienda, muebles también han vuelto a sus dueños originales que han sido los propios Presidentes. Además, mobiliario que se ha considerado de carácter utilitario se ha repartido en otras oficinas federales.

Sin embargo, especialistas, periodistas y testigos de la vida cotidiana y familiar de Los Pinos también apuntan a que muchas cosas se han perdido a lo largo de los años y que pese a esos inventarios que pocos conocen, al parecer no existe registro oficial de qué es lo que ha sucedido con gran parte de este patrimonio.

La curadora, crítica de arte especializada en el diseño moderno y contemporáneo mexicano, Ana Elena Mallet, advierte: "No sabemos qué ha pasado con todos esos objetos y obras que han formado parte de Los Pinos y que han sido cambiados en cada remodelación que han hecho cada uno de los presidentes. El documento más público de lo que existe en la residencia es el libro Los Pinos. Ésta es tu casa, que mandaron a hacer los Fox. De modo que antes de plantear un nuevo proyecto me parece que Bellas Artes y el Centro Nacional Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble deben estar involucrados, incluso podrían invitar a especialistas independientes que puedan entender y explicar qué ha pasado ahí, cómo y dónde están tantas cosas".

El arquitecto Sergio Zaldívar, quien fuera titular de la Dirección...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR