A sus pies
| Autor | Dalia Cárdenas |
Para la mayoría es sinónimo de uñas perfectamente cortadas y pintadas, pero el pedicure ha adquirido las características de un auténtico ritual de placer y bienestar, de tal forma que novedosas técnicas se han incorporado a los clásicos procedimientos de limado y barniz.
El pedicure tradicional consiste en quitar todas las callosidades, hidratar los pies con una crema, limar las uñas en la forma que más favorezca a los pies y aplicar esmalte.
A éste se puede sumar una mascarilla suavizante, similar a la que se usaría en el rostro, pero más potente.
"Y ahora además se maneja el concepto pedicure-spa, una variante que tiene entre sus principales beneficios mayor hidratación y nutrición de la piel, eliminación de células muertas y efectos suavizantes", comenta la diseñadora de imagen Gloria Torres.
En lo que se refiere a los pedicure-spa, hay de dos tipos: el de parafina y el de piedras calientes. Ambos incluyen el cuidado básico y un masaje de reflexología, que tiene como objetivo el descanso y bienestar del individuo.
"El de parafina incluye aromaterapia, generalmente de lavanda, la cual es disfrutada por la persona durante todo el pedicure. En una máquina se coloca la parafina, que viene en una bolsa individual, y el concentrado de aromaterapia. Mientras la primera se derrite, la segunda sale en forma de vapor", explica Gloria.
Los ingredientes de la parafina humectan y suavizan los pies, logrando que se vean maravillosos al tiempo que se provee al cliente de una deliciosa sensación de confort.
La segunda opción consiste en un pedicure básico seguido de un masaje con piedras calientes que, a través de una suave presión, ejerce un efecto linfático que drena impurezas, desinflama los pies y elimina las tensiones musculares.
"Curiosamente, los principales clientes de los pedicure-spa son los hombres, pues son excelentes contra el estrés y el cansancio", asegura Gloria, también autora de cortes de pelo espectaculares logrados en cuestión de minutos sobre plataformas internacionales de estilismo.
Cabe destacar que un pedicure se recomienda cada 10 o 15 días, sin dejar pasar más de un mes, pues las uñas nunca deben superar los 2 milímetros de longitud.
También es muy importante tomar en cuenta el estilo de vida para determinar con qué frecuencia realizarlo.
"Hay gente que camina muchísimo o se para mal.
"De igual forma, hay que considerar el calzado que se usa, pues si la horma no es la más conveniente puede provocar callosidades", advierte...
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