Pierde 'jueces' el arte

AutorYanireth Israde

Expertos mexicanos han renunciado a dictaminar la autenticidad de obras de arte por causas que van del conflicto con intermediarios o compradores a las amenazas anónimas, la impotencia ante el exponencial incremento de falsificaciones y la pasividad del Estado frente al fenómeno.

La crítica Raquel Tibol, el restaurador Tomás Zurián, el historiador Renato González Mello y la investigadora Martha Zamora son algunos de los especialistas que han preferido abstenerse de emitir un juicio o procuran hacerlo por excepción.

Incluso, los conocedores dispuestos a examinar obra han redoblado precauciones. Evitan, por ejemplo, expedir documentos debido, sobre todo, al riesgo de falsificación. Es el caso de la historiadora de arte Teresa del Conde (exdirectora del Museo de Arte Moderno) y del coleccionista Andrés Blaisten.

El investigador Ricardo Pérez Escamilla asegura que "rara vez" otorga un dictamen de autenticidad, y cuando lo hace "debo ser excesivamente cuidadoso".

Todos coinciden en lo peligroso que puede resultar esta actividad, máxime si se considera que del total de obras que reciben más de 90 por ciento son falsas.

Zurián abandonó esta práctica hace 12 años, cuando una intimidante voz le anunció a través del teléfono: "Te vas a morir por sabihondo".

El año pasado, Tibol debió llamar en dos ocasiones a la policía tras amenazas telefónicas, aun cuando ella, enfatiza, jamás ha certificado nada.

"Lo que he hecho, sin cobrar un centavo, es mirar obras de artistas que sé mirar, dar una opinión verbal, y se acabó. No he comercializado mi ojo".

Zamora, tras dos décadas de evaluar cuadros de Frida Kahlo, el año pasado dejó de atender a particulares que buscaban su opinión sobre presuntas creaciones de la cotizada pintora. No sólo por la experiencia "desagradable" con personas que se ponían furibundas o abatidas al escuchar su valoración.

"También influyó que, en 20 años, no he visto más que falsos. Los dos o tres originales que he encontrado han sido dibujos pequeños que Frida obsequiaba", explica la autora de Frida, el pincel de la angustia.

Pérez Escamilla coincide en que son escasísimos los originales que llegan a él. "En tres años me trajeron 30 falsos del Doctor Atl", revela.

Detectar falsificaciones ha granjeado al especialista amenazas; la última, hace un mes. Al igual que a Zurián y Tibol, le llegó por teléfono. "Sabemos muy bien tus horarios. Atente a las consecuencias".

Otras fueron las circunstancias que alejaron al investigador Renato...

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