Piedra de Toque / ¿Es posible ser vasco?

AutorMario Vargas Llosa

Crítico literario en el ambicioso sentido que dieron a este género un Edmund Wilson o un George Orwell, para quienes literatura e historia eran hermanas siameses, Jon Juaristi acaba de publicar un libro autobiográfico que es un buceo fascinante, a la vez que algo asfixiante, por el laberinto de pasiones, violencias, sueños, sacrificios, crímenes y sandeces del último medio siglo de quehacer político y cultural en el país vasco español: Cambio de destino (Seix Barral).

Pese a su estilo seco y algo cortante, y a su empeñosa parquedad, hay en esta confesión algo desgarrado y patético: Juaristi parece haberse pasado media vida entregado en cuerpo y alma a la tarea de desentrañar la singularidad específica de lo vasco y, la otra mitad, en un esfuerzo intelectual no menos ciclópeo, en demostrar que aquella supuesta identidad no existe y es un puro sofisma, una de esas ficciones malignas que, a diferencia de las ficciones literarias que embellecen la vida, provocan apocalipsis sociales y el terrorismo justificado en nombre de la Historia con mayúsculas.

Decir que Jon Juaristi fue en su juventud un militante de la banda terrorista ETA y, años después, uno de sus críticos más feroces, dice todavía muy poco de una trayectoria vital que parece haber pasado cerca, o por dentro, de casi todos los partidos, grupos, escisiones, grupúsculos, facciones y sectas en los que el nacionalismo y las izquierdas vascas se armaban, desintegraban y deshacían, para rehacerse otra vez, a lo largo de un derrotero marcado por la confusión, el fanatismo, la locura y todas las otras formas posibles de enajenación de la realidad, incluidos, por supuesto, el idealismo más puro, la fe ciega y la vocación de martirio.

En muchas de sus páginas, este libro no parece un libro de memorias, es decir, subordinado a lo vivido, sino una novela surrealista, concebida por un poeta de imaginación desalada y febril.

Por ejemplo, en el episodio que tiene por protagonista a Luis María de Villalonga, "el último de los grandes ocultistas de Neguri", cuyas teorías delirantes hubieran merecido figurar en la colección de filósofos enajenados que reunió Raymond Queneau en Les Enfants du Limon o en la Antología del Humor Negro, de André Breton.

Pero, el humor que brota a veces de las páginas de 'Cambio de destino' suele ser casual e involuntario, porque el propósito que guía a Juaristi al ofrecer este testimonio es el más serio del mundo: mostrar, inmolándose para ello como prueba viviente del...

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