Piedra de Toque / Payasada con sangre

AutorMario Vargas Llosa

Exigían la renuncia del presidente Alejandro Toledo, a quien acusan, entre otras cosas, de vender el Perú a Chile debido a las importantes inversiones procedentes del vecino país en la economía peruana. La asonada, que duró cuatro días y en la que cuatro policías fueron asesinados por los etno-caceristas y dos civiles perecieron abaleados por las fuerzas del orden, terminó con la captura del cabecilla faccioso y de un centenar de sus partidarios, en tanto que algunas decenas de ellos escaparon por los cerros cuando advirtieron el inminente fracaso de la insurrección.

Antauro Humala y su hermano Ollanta, teniente coronel al que el Ejército acaba de dar de baja -como, al parecer, es el más despierto de los dos, el Gobierno lo tuvo lejos del Perú, de agregado militar en París y en Seúl, con un sueldo de casi diez mil dólares mensuales- se hicieron famosos en las postrimerías de la dictadura de Fujimori, cuando protagonizaron también un acto insurreccional pidiendo la renuncia del dictador. Juzgados y amnistiados, fundaron un movimiento ultra-nacionalista que, sin llegar a ser masivo, ha logrado cierto implante en los sectores más pobres y marginales, principalmente entre los varios cientos de miles de reservistas diseminados por toda la geografía peruana.

Al igual que en casi todo el tercer mundo, en el Perú sólo han sido levados y servido en el Ejército los ciudadanos más humildes -campesinos, marginales, provincianos, desocupados-, el sector social que precisamente ha padecido más las crisis económicas derivadas de las políticas populistas, la corrupción cancerosa y la cataclísmica violencia en los casi catorce años que duró la guerra revolucionaria desencadenada por Sendero Luminoso. Los reservistas o ex soldados se cuentan entre las peores víctimas del paro, la caída de los niveles de vida, el aumento de la delincuencia, y por eso, entre ellos, es altísimo el nivel de frustración y de rechazo a todo el sistema político y legal. No es de extrañar que la prédica de los hermanos Humala haya encontrado un eco favorable entre estos peruanos enfurecidos y frustrados.

El movimiento de los hermanos Humala se llama etno-cacerista en homenaje al general Andrés Avelino Cáceres, un presidente del Perú del siglo pasado que organizó una guerra de guerrillas contra el ocupante chileno luego de la guerra del Pacífico de 1879, y debido a un principio racista que es dogma central de su ideario: el verdadero Perú constituye una entidad homogénea, la "etnia...

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