Piedra de Toque / Un muro de mentiras

AutorMario Vargas Llosa

Para alguien, como el que esto escribe, fascinado con la contaminación de la realidad por la ficción, la noticia no puede ser más hechicera. ¿Por qué? Porque este muro no se construirá nunca, y, si, de milagro, llegara a construirse, no serviría absolutamente de nada. Esto lo sabe todo el mundo, empezando, claro está, por los legisladores que aprobaron la ley y el propio mandatario estadounidense.

¿Para qué, entonces, toda esta representación teatral? Porque el 7 de noviembre se celebrarán en Estados Unidos unas elecciones para renovar totalmente la Cámara de representantes, y parcialmente el Senado y las gobernaciones, y los congresistas que buscan la reelección quieren esgrimir esa ley como una prueba de que han comenzado a actuar enérgicamente contra ese peligroso demonio que son los inmigrantes ilegales, que quitan trabajo a los nacionales y esquilman la Seguridad Social (otra ficción coleante).

El muro de mentiras pasará por cuatro Estados -Arizona, California, New Mexico y Texas- y constará de dos vallas y un futurista sistema de reflectores, rejas, sensores y toda clase de radares para ser absolutamente infranqueable.

Ahora bien ¿para qué serviría clausurar de esta manera esos 1,200 kilómetros cuando quedan otras 1,200 millas (unos 2000 kms) de frontera abierta por la que los inmigrantes mexicanos, y centro y sudamericanos podrían filtrarse en territorio norteamericano sin mayores problemas si quieren evitarse las molestias de franquear el sector vallado y electrizado?

Pero éstas son conjeturas sin mayores raíces en el mundo real, donde la construcción de ese muro de ficción, para materializarse, tendría que vencer una miríada de obstáculos ya anticipados en los medios de Estados Unidos, que yo, lo confieso, leo, oigo y veo en diarios, radios y televisiones con verdadera fruición.

Por lo pronto, sinnúmero de alcaldes y gobernadores de los cuatro estados que cruzará el muro ya han hecho saber que ellos exigirán que esa millonaria inversión se oriente más bien a obras de infraestructura -carreteras, escuelas, instalaciones de servicios públicos-, y varias comunidades nativas han puesto el grito en el cielo amenazando con acciones judiciales para impedir que el muro fracture sus tierras de cultivos o ganados, en tanto que otras circunscripciones, dejadas de lado en el trazado del recorrido que tendrá el muro de fantasía amenazan con exigir judicialmente que éste se rectifique porque las discrimina.

Pero son sobre todo las poderosas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR