Piedra de Toque / Hora de votar

AutorMario Vargas Llosa

Pero es muy posible que este lugar común sea una estricta verdad en el caso de las elecciones presidenciales y parlamentarias que tendrán lugar en el Perú el próximo 9 de abril.

Los dos candidatos que van a la cabeza de todos los sondeos -la democristiana Lourdes Flores y el nacionalista comandante (retirado) Ollanta Humala- representan no sólo dos tendencias políticas sino una alternativa radical: la continuidad del sistema democrático, que la sociedad peruana recuperó en el año 2001, a la caída de la dictadura de Fujimori y Montesinos, o la instauración de un régimen populista y autoritario, semejante al que ha apuntalado ya en Venezuela el comandante Hugo Chávez, de quien Ollanta Humala es protegido y admirador.

El comandante Humala se hizo conocido en las postrimerías de la dictadura de Fujimori, encabezando, con su hermano Antauro, un extraño levantamiento militar que se proclamaba anti-fujimorista, aunque muchos sospechan ahora que era una maniobra de distracción, planeada en secreto contubernio con Montesinos, para facilitar la fuga de este siniestro personaje, el verdadero poder y jefe de la corrupción detrás de Fujimori.

Ollanta Humala aparece segundo en las encuestas, con un porcentaje de votos que se acerca al tercio de las preferencias del electorado que ya ha decidido su voto (hay todavía un número grande de indecisos).

Un porcentaje en verdad muy alto, si se tiene en cuenta que, desde hace por lo menos dos meses, los medios de comunicación han sacado a la luz, en la biografía de Ollanta Humala, toda clase de sapos y culebras que hubieran debido mellar su popularidad: desde los crímenes y torturas en que se habría visto implicado durante la guerra contra Sendero Luminoso, cuando, con el seudónimo de Capitán Carlos, comandaba la guarnición Madre Mía en la selva amazónica, hasta la larga lista de arribistas y politicastros y aun individuos con prontuario policial que se han arrimado a su candidatura y que figuran en su comando de campaña o en sus listas parlamentarias.

Esas revelaciones no han rebajado el respaldo que tiene; lo han aumentado. Esto dice mucho sobre la estructura social y económica del Perú (y de buena parte de América Latina).

El país ha tenido unos años de bonanza económica y todos los indicadores "macros" son excelentes: inflación controlada, reservas altísimas, crecimiento sostenido, inversiones y crédito internacional.

Pero esta bonanza sólo beneficia de manera tangible a una cuarta o, tirando hacia el...

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