Una piedra en el camino...

AutorEdgar Contreras

"¿Les dio 'mello'?".

Esa fue una de las frases que dijo ayer Marco Antonio Rodríguez, conocido como "Chiquimarco", al anunciar su retiro como árbitro tras 25 años de trayectoria.

Pero su carrera, que culminó al pitar la Semifinal entre Brasil y Alemania en su tercera Copa del Mundo, pudo concluir cuando apenas llevaba dos años pitando.

"Estuvieron a punto de matarme en Tepic, en el sector amateur, me aventaron una roca en la cabeza en el Torneo de los Barrios. Expulsé a un jugador, de hecho, esta cicatriz que tengo acá (en la comisura del labio izquierdo) es del golpe que me puso.

"Cuando vi una entrada violenta y sabiendo cómo es ese torneo, que es muy violento, no me interesó y dije 'fuera, usted está expulsado'. Volteó y me pegó, pero en la cancha había una roca, la agarró con sus dos manos y me la lanzó al cráneo, yo en el piso, pero no estaba inconsciente, me alcancé a mover y me rozó un poco, es de esas veces que dices 'Dios existe y me salvó', ahí entendí que amaba el arbitraje", dijo el silbante a CANCHA.

Marco ingresó al arbitraje a los 15 años, dos antes de su incidente. Lo hizo para ganar el sustento, pero en poco tiempo se convirtió en su pasión. A sus vecinos y hasta sus familiares les sorprendía su disciplina, como al hacer ejercicio a la medianoche en La Loma, un parque, o hasta en la azotea de su casa.

La determinación lo condujo a ser la carta fuerte del arbitraje mexicano. Ayer, Marco señaló una oficina del Centro de Capacitación en la que, a principios de los 90, rogó por una oportunidad al instructor arbitral Maximiliano Couret.

"Yo llorando y él me dijo 'muchacho joven, algún día lo vas a entender, todo llegará a su momento, te tenemos contemplado, ten paciencia'", recordó Rodríguez. Y la paciencia sí tuvo frutos.

SU ENCUENTRO CON 'CHIQUIDRÁCULA'

A Marco Rodríguez lo apodaron "Chiquidrácula" al inicio de su carrera por su parecido con el personaje del actor Carlos Espejel.

"Me divertí mucho, No hace mucho tiempo vi en un restaurante a Carlos Espejel y vaciló conmigo...

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