Piden repartir agua a pobres

AutorJorge Ricardo

CAÑADAS DE OBREGÓN, Jal.- De Nueva York, donde estuvo un día antes, a Temacapulín, de la ONU a la presa El Zapotillo, del plan de repartir dinero de los más ricos el mundo entre los más pobres del orbe a la promesa de repartir el agua de Zapotillo a los más pobres de Guadalajara, la capital de Jalisco.

"Que se procure que esa agua le llegue a la gente más humilde de Guadalajara, que son los que más lo necesitan", dice el Presidente Andrés Manuel López Obrador a habitantes de Temacapulín que lo miran y le aplauden desde afuera de la carpa montada en el jardín principal del pueblo.

"Cuando la milpa se da bien, alcanza hasta para el pájaro", remata el Presidente, quien ayer cumplió su promesa de hace un mes de traer a todo su gabinete a la firma del acuerdo sobre la presa cuya construcción amenazaba con inundar a tres pueblos: Acasico, Palmorejo y Temacapulín.

Se trajo a Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad, y al Secretario de Relacionez Exteriores, Marcelo Ebrard, y hasta al Secretario de Gobernación, su paisano Adán Augusto López, el maestro de ceremonias que da la palabra a fulano, a zutano y al otro.

Menos al Gobernador jalisciense Enrique Alfaro, a él no le dará la palabra. Llega y se va abucheado por haber insistido en llevar el agua a Guadalajara. "¡Fuera Alfaro!", "¿Estas oyendo inútil?", le gritan las mujeres que trajeron mesita y silla para mirar detrás de las vallas de la carpa. "¡No te agüites Alfaro!".

Pero mandatatario emecista se agüita, se cruza de brazos, se limpia el sudor de la frente, resopla y muerde el cubrebocas.

Temacapulín, a dos horas de Guadalajara, es un pueblo de unos 400 habitantes y menos casas de ladrillo y adobe entre dos cerros, unos 100 de sus pobladores llegan a ver al Presidente. Las calles están empedradas y en cada pared hay viejos carteles con leyendas de una guerra antigua: "Salvemos Temaca, Acasijo y Palmarejo. ¡Viva la Revolución del Agua! ¡No a la Presa El Zapotillo!".

En 2011, a unos tres kilómetros atrás de la carpa, se comenzó a construir la presa con la que se pretende surtir de agua a Los Altos de Jalisco, y a Leon, Guanajuato. La cortina iba a medir 105 metros y cuando los pobladores se enteraron que se iban a inundar sus pueblos, pararon e proyecto en 2014, cuando la altura era de 80 metros.

"Ex presidentes, ex gobernadores y ex presidentes municipales, incluyendo al actual Gobernador de Jalisco, nos dieron la espalda y nos condenaron del destierro", señala Marichuy...

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