Piden los Obispos contrición a narcos

AutorLeslie Gómez y Norma García

En sus mensajes de Navidad, los Obispos del País urgieron a quienes forman parte del crimen organizado a dejar las armas, la droga y a buscar convertirse para construir una mejor sociedad.

El Arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias, pidió a los que generan violencia no temer un cambio de vida y decir no a las armas, al dinero mal habido, a la venganza y al poder efímero.

"Por eso les digo desde mi corazón de pastor a los que generan violencia en contra de la Paz de Cristo ¡Depongan las armas, abracen a Cristo, no tengan miedo, Cristo es el único que les cambia la vida, no a las armas, no a la droga, no al dinero mal habido, no a la venganza, ni al poder efímero!", destacó en su mensaje con motivo de la Navidad.

Afirmó que la violencia, corrupción y los intereses mezquinos del crimen organizado endurecen y destrozan a la sociedad.

El religioso oró además, porque también aquellos hombres que han recorrido caminos oscuros, pero que se arrepienten, encuentren paz.

En tanto, el Arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, destacó que hoy más que nunca se necesita que por todos los medios se busque la reconciliación y el perdón como alternativa a la inseguridad.

"La Navidad nos llama a la concordia. Es un tiempo que nos invita a despojar de su carga bélica las formas ordinarias de expresión. Necesitamos hablar en un lenguaje pacífico y pacificador", apuntó.

El líder católico indicó que los cambios espirituales son decisivos para revertir la violencia.

"Esta dimensión espiritual puede ser decisiva para revertir los sanguinarios hechos de violencia que se han multiplicado entre nosotros. No basta la fuerza pública, ni las inversiones de capital para tener más empleos y educación; es necesario activar la fuerza espiritual que está puesta en cada persona para trascender cualquier amenaza a la dignidad humana", refirió.

Raúl Vera, obispo de Saltillo, se refirió a la muerte de Marisela Escobedo y destacó que ella sólo pedía que se le hiciera justicia...

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