Piden lluvias en Zitlala con golpes y chicotazos

AutorJesús Guerrero

ZITLALA / Guerrero

Con enfrentamientos a golpes y a chicotazos entre ciudadanos que se colocaron en la cara una máscara de tigre y visten un traje del color de la piel que tiene el mismo felino, concluyó el festejo pagano-religioso de petición de lluvias que desde hace más de 100 años se celebra con fervor aquí en este municipio indígena náhuatl.

No es una función de lucha libre o de box, pero aquí cada 5 de mayo en la pequeña plaza se instala un ring que más bien parece un corral con malla ciclónica, donde 100 indígenas enmascarados, la mayoría de ellos bien "mezcaleados", se agarran a golpes y a chicotazos.

"Por favor, vengan a presenciar la pelea del tigre para ayudar a que haya buena temporada de lluvias", se escucha del aparato de sonido la voz de uno de los organizadores del evento tradicional religioso.

Son las 12:00 horas, apenas inician los festejos con el baile de las danzas autóctonas.

Los chilenos, los machitos, los diablos, los tlacololeros y los 12 pares de Francia son las danzas que desfilan en la pequeña plaza ubicada frente a la iglesia construida en la época colonial.

Mientras, los elegidos para participar en la "pelea del tigre" se ponen sus arreos de lucha.

Por un lado están los del barrio de San Francisco y por el otro los de la Santa Cruz.

Los actos pagano-religiosos de petición de lluvias en este municipio ubicado en la Montaña baja del estado, inician el 25 de abril y culminan el 5 de mayo.

El pasado jueves 1 de mayo, miles de indígenas, mayordomos, sacerdotes y curanderos tradicionales salieron de este poblado en peregrinación hacia el cerro Cruzco.

Son 7 kilómetros que los indígenas recorren a pie. Arriba hay un pozo que tiene decenas de metros de profundidad donde son arrojados guajolotes, gallinas y pollos que es parte de la ceremonia religiosa de petición de lluvias cada año.

Para aliviar la sed y el hambre de los peregrinos, hay garrafas llenas de mezcal, caldo de res, pozole, mole verde o rojo y tamales de frijol.

"¡Orale, no le pegues a tu padre!", se escucha el grito de una mujer regordeta indígena que se encuentra en la azotea del edificio del ayuntamiento municipal, cuando un tigre grandulón vestido de negro, que se parecía al luchador "Tinieblas", tundía a reatazos a uno de sus contrincantes de pequeña estatura que entró a la lucha trastabillando de ebrio.

"Lo bueno es de que logré darle un chingadazo", comentó el indígena cuando sus compañeros lo sacaron de la pelea, y pese a que en su rostro le escurría...

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