Peso Pluma ¿Cómo fue?

AutorRoberto Zamarripa

La noche del 11 de marzo pasado en el cierre de su concierto en el Foro Sol, Grupo Firme invitó al escenario a Peso Pluma (Hassan Emilio Kabande Laija, Zapopan, Jalisco 1999) para cantar "Siempre pendientes", (canción con 29 millones de vistas en el video oficial de YouTube). Vestido con el uniforme de basquetbol de los Bulls de Chicago, la camiseta con el número 23 de Michael Jordan, y los shorts bombachos por debajo de la rodilla, Peso Pluma arrancó con su voz aguda característica y el acompañamiento de guitarra, tubas y trombón:

"Siempre pendientes/ porque el gobierno es muy inteligente/ yo voy p'al frente/ que, atrás de mí, se ve un manchón de gente/ Jota Ge Ele (JGL)/ traigo en las cachas orgullosamente/ mandan los jefes/ yo cuido el área, aquí nadie se mete/ en una Urus me salgo a pasear/ diez camionetas se miran atrás/ cuido la plaza del señor Guzmán...". (Siempre pendientes)

La canción es un emblema de los denominados corridos belicones, corridos tumbados o de Regional Mexicano, como ahora eufemísticamente le dicen a los narcocorridos. La elegía de un jefe de seguridad del Cártel de Sinaloa. Jota Ge Ele (JGL) son las iniciales de Joaquín Guzmán Loera y en cada concierto se corean por cantantes y fans. "Cuido la plaza del señor Guzmán", es la rúbrica de la lealtad. Peso Pluma ocupa la primera fila entre los intérpretes del género Regional Mexicano junto con Luis R. Conríquez y Natanael Cano en un vendaval que mueve a millones de fans en el lado estadounidense y mexicano por igual.

Grupo Firme va y viene. Coquetea y en sus presentaciones masivas administra el repertorio según el patrocinador. "Ya supérame", es la canción del frenesí que va a todo volumen en la troca o en el cel.

"¿Qué parte no entiendes/ Cuando te digo que no?/ ¿La N o la O?/ Tu tiempo se acabó./ Te juro que ya no te quiero ver/ Si de todos lados ya te bloqueé/ No sé cómo sigues pensando/ Que me tienes a tus pies /¡Ya, supérame!/ Porque yo ya te olvidé".

Una amable manera de decir por whats "me estás oyendo inútil" y una reivindicación del empoderamiento. A mi cuenta, y a mi corazón, ya no entras.

Grupo Firme es una de las locomotoras musicales que subvierte. Grupo gay friendly, binacional, querido, popular, masivo, Firme logró en el Zócalo el mayor concierto público con 280 mil asistentes y le mereció a los gobernantes de la CDMX la admiración por su arrastre. Firme no hizo alusión a nada bélico ni narco. No llevó a Peso Pluma ni en su repertorio incluyó "Soy el ratón", que suele interpretar en otras plazas, sobre todo en Estados Unidos, y que es la apología de Ovidio Guzmán, uno de los tres Chapitos.

En la utilización política del concierto del Zócalo, los gobiernos de Morena ignoraron esas "otras" razones del éxito. No los vaya a fichar la DEA. Prefirieron colocarlo en las repisas de la "revolución de las conciencias".

Peso Pluma si bien se cuece aparte logra acomodo natural con Grupo Firme y otras bandas que cantan la cotidianeidad de la violencia nacional. El Regional Mexicano o Corridos Tumbados copa el terreno y domina a la audiencia digital y masiva. En tres años, Peso Pluma se encaramó como un cantante (con su grupo) popular entonando las odas a Los Chapitos y su cártel, a quienes el gobierno estadounidense considera principales enemigos y el mexicano persigue bajo la presión externa.

Una semana después del concierto con Firme, Peso Pluma lanzó "Ella baila sola", canción melosa compuesta por Pedro Tovar del grupo "Eslabón Armado", también del género narcomusical. Sorpresivamente, la pieza se fue a la cima de las escuchas de Spotify, las compras de iTunes, y la audiencia de YouTube. (Lleva 108 millones de vistas en un mes).

"Compa ¿Qué le parece esa morra?/La que anda bailando sola... me gusta pa' mí/ Ella, sabe que está buena/ Que todos andan mirándola como baila/ Me acerco y le tiro todo un verbo/ Tomamos tragos sin peros, solo tentación/ Le dije/ 'Voy a conquistar tu familia, que en unos días vas a ser mía'/ Me dijo/ Que estoy muy loco pero le gusta/ Que ningún vato como yo actúa".

Frente a Rosita Alvirez, la última de Peso Pluma es ligue de sexto de primaria.

Rosita no me desaires/ la gente lo va a notar/ Pues digan lo que quieran/contigo no he de bailar/ echó mano a la cintura/ y una pistola sacó/ y a la pobre de Rosita/ nomás tres tiros le dio. (Rosita Alvirez)

A diferencia de narcocorridos que enaltecen el machismo, la violencia y el sometimiento de la mujer, "Ella baila sola" es una balada inocente. Tiene ternura el belicón.

* * *

"El corrido tiene la característica de que no es ficticio lo que en él se refiere", escribe Armando de María y Campos en La Revolución Mexicana a través de los corridos populares (1962). "No se deja vagar a la fantasía, no se pone en juego la imaginación que forja hechos irreales, no aparecen en él las divagaciones abstractas de otra clase de composiciones poéticas; es la realidad misma a veces desnuda y descarnada, es la vida tal como se presenta, es el hecho de la actualidad o de ayer, que deja huella imborrable en la conciencia popular".

Los corridos revolucionarios relataron la gesta de principios de siglo pasado y explicaron las diferentes reyertas y tanto muertes como sobrevivencias de caudillos. Había mucho que contar en el fermento de un movimiento social pletórico de creación. Al paso del tiempo, la institucionalización nacional también ahogó la espontaneidad cultural. El corrido quedó como un testimonio folclórico.

El auge del narcotráfico en México, sobre todo con la exportación ilegal de mariguana a Estados Unidos, generó leyendas. Los bandoleros desafiaban entre la lealtad y la traición con socios, policías, militares y gobernantes. En 1974, Contrabando y traición, grabada en los inicios de la carrera de Los Tigres del Norte se convierte en el distintivo de las narcocorridos.

"Salieron de San Isidro, procedentes de Tijuana/ traían las llantas del carro/ repletas de hierba mala/ eran Emilio Varela y Camelia la texana". (Contrabando y Traición)

Los Tigres del Norte fincan la primera parte de su historia en narcocorridos de referencia general e incluso con ciertas dosis de ficción.

"Chalino" Sánchez, un cantante sinaloense que emigró muy joven a Estados Unidos donde se enroló en el tráfico de drogas para después hacerse el juglar de la adormidera, muere asesinado a los 31 años de edad cerrando con ello una etapa de narcocorridos de los pequeños traficantes. Cuando crecen los cárteles...

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