Pese a cursos, persiste tortura

AutorNoé Magallón

Cuando "José" fue detenido, policías de Zapopan lo golpearon en espalda y piernas, le dieron de cachazos y le rasparon la cara contra el piso. Luego, policías investigadores le vendaron los ojos, lo metieron a un cuarto en la Cruz Verde y le rompieron las costillas.

Posteriormente, en la Fiscalía, otros investigadores le amarraron las piernas, lo amenazaron y le dieron choques eléctricos con el fin de que firmara una declaración en la que aceptaba haber participado en un homicidio. Después de tres sacudidas, la víctima se vio forzada a tomarles la pluma.

Casos como éste no deberían de registrarse en el País, sobre todo desde que comenzó a implementarse el sistema penal acusatorio, que en el Área Metropolitana de Guadalajara entró en vigor el 31 de mayo de 2016.

Los policías, sin embargo, no han podido deshacerse de esas y otras prácticas.

"Me consta que a algunos elementos de las corporaciones encargadas de la investigación de los delitos les dieron cursos de dos semanas; imagínate cómo vas a cambiar...

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