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Perturban con arte de fluidos humanos

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Vincent

Usar saliva, orina, costras, pellejo, caspa, fluidos, mugre, mocos y pelo humano en el arte permite a los autores asentar su obra en el quebrantamiento entre lo bueno y lo perverso, lo íntimo y lo público, lo repugnante y lo sublime.

Esa perturbación asociada a los materiales producidos -o desechados- por el cuerpo es el punto de partida para que artistas mexicanos como Horacio Cadzco, Lorena Méndez, Fernando Fuentes, Yoshua Okon y Gabriel de la Mora construyan un personalísimo hilo de comunicación con el espectador, y consigo mismos.

"¿Y por qué no?", responde sin dudar Cadzco (Ciudad de México, 1979) sobre la razón que lo llevó a utilizar sus propias secreciones de suciedad en su pieza La destrucción de un traje.

La acción, realizada de enero a diciembre de 2005, consistió en portar un vestuario hecho a medida durante un año completo -quitándoselo sólo para dormir-, periodo en el que no se bañó, no se cortó las uñas, el cabello ni la barba.

Su intención era utilizar su anatomía como productora de materia prima y cultivar en el traje un proceso de descomposición corporal y de acumulación de energía.

Para abordar lo efímero del dinero, el artista presentó la obra Lingotes de oro hecha con orina congelada; también ha creado fuentes de saliva y ha "esculpido" moscas transparentes con mocos, pellejo, costra y pelo propio.

"Estar trabajando constantemente con fluidos y desechos es como siempre estar venciendo esto que no acepto yo tampoco. Trascenderlo es la forma más viable de encontrar una totalidad dentro de mí, más generosa y dichosa", confiesa.

Para los artistas Lorena Méndez (Ciudad de México, 1970) y Fernando Fuentes (Ciudad de México, 1972), utilizar material orgánico de sus cuerpos ha significado llevar la intimidad de su relación amorosa.

Dentro del ciclo Antropofagia, en el 2000 realizaron en Ex Teresa el performance Polvo eres y en polvo te convertirás, en el que ella retiró escamas de caspa del cuero cabelludo de su pareja a lo largo de una hora, para luego comérselas con leche.

Usar saliva, orina, costras, pellejo, caspa, fluidos, mugre, mocos y pelo humano en el arte permite a los autores asentar su obra en el quebrantamiento entre lo bueno y lo perverso, lo íntimo y lo público, lo repugnante y lo sublime.

Esa perturbación...

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