El Perro Muerto

AutorLeón Tolstói
Páginas67-68
EL PERRO MUERTO
esús llegó una tarde a las puertas de una ciudad e hizo
adelantarse a sus discípulos para preparar la cena. Él, im-
pelido al bien y a la caridad, internóse por las calles hasta la
plaza del mercado.
Allí vio en un rincón algunas personas agrupadas que con-
templaban un objeto en el suelo, y acercóse para ver qué cosa
podía llamarles la atención.
Era un perro, atado al cuello por la cuerda que había
servido para arrastrarle por el lodo. Jamás cosa más vil, más
repugnante, más impura, se había ofrecido a los ojos de los
hombres.
Y todos los que estaban en el grupo miraban hacia el suelo
con desagrado.
—Esto emponzoña el aire —dijo uno de los presentes.
—Este animal putrefacto estorbará la vía por mucho tiempo
—dijo otro.
—Mirad su piel —dijo un tercero— no hay un solo frag-
mento que pudiera aprovecharse para cortar unas sandalias.
J
EL P ERR O MU ERTO
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