Con permiso o no... ¡a filmar!

AutorOmar Cabrera

El "delito" de Mariana Omaña, gerente de locaciones en películas como El Crimen del Padre Amaro y Puños Rosas, fue rodar en calles de la Delegación Cuauhtémoc un comercial de forma clandestina tras negársele un permiso de filmación porque no presentó la solicitud con cinco días hábiles de anticipación, como establecía la demarcación a principios de este año.

Omaña tenía que entregar el anuncio del banco el lunes 17 de enero, así que se aventó a filmar sin permiso, pero las autoridades le cancelaron el rodaje justo el sábado 15.

La detuvieron junto a nueve de sus compañeros, y la empresa para la que trabajaba tuvo que pagar fianza de 515 pesos por cada uno, 5 mil 150 pesos en total.

Por obstruir la vía pública con los camiones y las cámaras, la casa productora de comerciales pagó otra multa de 9 mil pesos, y encima, perdió los 3 millones de pesos que le costó la renta del equipo fílmico que finalmente ni siquiera se ocupó ese día.

Y ella también pagó el precio de su atrevimiento: fue despedida. La empresa volvió a tramitar el permiso y filmó el comercial con otro gerente de locaciones.

Al igual que Omaña, gerentes de locación como Terry Fernández (El Malboro y el Cucú), Luis Reyes (Sexo, Pudor y Lágrimas) y Patricia Cano (Amores Perros) coinciden en que en la mayoría de las delegaciones exigen demasiados trámites que no se adaptan a las necesidades de la producción audiovisual.

En Benito Juárez, por ejemplo, piden que en la solicitud se incluya el nombre de un representante legal, las medidas y operativos de seguridad del equipo y staff de filmación, así como una póliza de seguros contra daños a terceros, entre otros.

En caso de que pretendan filmar escenas con balaceras, los productores deben anexar la autorización de la Secretaría de la Defensa Nacional (que tarda en expedirse de 5 a 20 días hábiles) para el uso de armas de fuego, aunque éstas sean de utilería. El trámite cuesta 180 pesos.

En el caso de explosiones, se solicita a la Sedena un permiso para el uso de explosivos (llamados estopines), cuyo costo también es de 180 pesos.

Con el permiso de la delegación en la mano, los productores también tienen que avisar por escrito a la Secretaría de Seguridad Pública para que los apoye con el cierre de las calles donde van a filmar.

Ante esa "tramitadera" algunos cineastas como José Buil prefieren dar "mordidas" a los policías de la zona.

El año pasado, recuerda, dio casi 90 mil pesos de "dádivas" a los patrulleros de la Condesa durante las...

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