PERFILES Y RASGOS

AutorHoracio Andrade

DOS MODALIDADES DEL CAMBIO

No es aventurado asegurar que hoy en día todas las organizaciones se encuentran insertas en procesos de cambio de diferente magnitud; sin embargo, un buen número de los programas y acciones que se llevan a cabo para implementarlos resultan, tarde o temprano, esfuerzos fallidos, que a lo único que conducen es a generar altos niveles de frustración, y a "vacunar" a la gente contra las nuevas iniciativas.

Se pueden hacer muchas reflexiones alrededor del cambio, y de las causas por las cuales éste puede fallar o ser exitoso; una de ellas tiene que ver con dos modalidades del cambio que son muy diferentes entre sí.

La primera es la respuesta que las personas, especialmente los directivos, dan a los acontecimientos o situaciones que se presentan constantemente a las empresas, originados en los diferentes ámbitos del entorno general que las rodea (político, económico, social, tecnológico, ecológico) y en sus públicos de interés más inmediatos (clientes, inversionistas, proveedores, competidores, comunidad).

En algunos casos, la efectividad y la rapidez de esta respuesta son las adecuadas, porque se cuenta con la información necesaria acerca de lo que pasa allá afuera, y con la flexibilidad suficiente para hacer los ajustes internos requeridos y tomar las decisiones pertinentes, en los niveles en los que deben ser tomadas. Estas son las organizaciones a las que no asustan, ni paralizan las constantes transformaciones del entorno; están acostumbradas a navegar en el río de los cambios y a fluir con él. Su capacidad de adaptación les da una gran ventaja competitiva.

En otros casos, la respuesta no se da, o se da tarde, o se da mal, lo que provoca que los embates del entorno ocasionen que la nave, como se dice en la jerga marina, "haga agua", y en no pocas ocasiones, hasta naufrague. A estas alturas de los tiempos que vivimos, ya no debería haber empresas ajenas a lo que pasa a su alrededor, y mucho menos incapaces de reaccionar bien y a tiempo; y sin embargo, las hay, y son numerosas. Al parecer, también existen organizaciones de lento aprendizaje.

La segunda modalidad del cambio es la anticipación, es decir, asumir una actitud proactiva y adelantarse a los acontecimientos o, incluso, crearlos. Esto se puede dar como una medida de prevención, cuando las tendencias del entorno anuncian amenazas, o como una iniciativa para aprovechar las oportunidades que las mismas tendencias pudieran presentar.

Futuro vs presente

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