PERFILES Y RASGOS

AutorHoracio Andrade

PENSAR Y ACTUAR

Bien que mal, el cambio en la conducta originado desde afuera de la persona se da con relativa facilidad, porque el poder del palo y de la zanahoria (sobre todo de esta última, más que del primero), es fuerte; así lo demostraron los conductistas encabezados por Skinner, aunque en realidad no hayan dicho nada que las religiones, los gobernantes y los padres no supieran y practicaran desde tiempos inmemoriales. La limitante es que ese cambio tendrá, muy probablemente, un efecto temporal y superficial.

Es el cambio desde dentro, es decir, el que se origina en las creencias que tenemos acerca de las cosas, el que perdurará y llegará más al fondo de nosotros. La desventaja que tiene es que la mayoría de las veces no se genera ni tan rápida ni tan fácilmente como el otro, porque implica confrontar a las ideas que le dan sentido a nuestro mundo y a nuestra vida.

En efecto, lo que pensamos y damos por hecho conforma una visión de la realidad que, por un lado, nos permite movernos en ella cómodamente y, por otro, nos hace adoptar ciertos patrones de conducta que se hacen manifiestos en la forma como nos relacionamos, trabajamos, decidimos, solucionamos problemas y hacemos infinidad de cosas más. Esto significa que nuestra manera de pensar condiciona "naturalmente" a nuestra manera de actuar.

Cuando modificamos algún comportamiento como resultado del premio o castigo que recibiremos, este comportamiento no es auténtico; por el contrario, se realiza de manera no espontánea, y no será raro que en el momento en que ese reforzador desaparezca, o que nos acostumbremos a él, regrese la conducta original.

El problema es que, aún cuando sabemos que el verdadero cambio conductual es el que parte del cambio de creencias, desconocemos cómo se puede llevar a cabo este último.

¿Qué es lo que hace que alguien deje de ver algo de la forma como siempre lo ha visto para generar una o varias ideas diferentes y, consecuentemente, un nuevo patrón de comportamientos?

Experiencia, observación e información

De manera general se puede decir que las creencias cambian como resultado de tres factores: la propia experiencia, lo que vemos en otros y la información que recibimos por diferentes medios.

En el primer caso, nos referimos al hecho de que, así como se puede afirmar que la conducta es en buena medida una manifestación de las creencias, también puede decirse que un cambio conductual podría modificar algunas creencias, bajo ciertas circunstancias.

Por...

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