PERFILES Y RASGOS

AutorHoracio Andrade

CAJA DE HERRAMIENTAS

Conforme el entorno y las organizaciones que en él luchan por sobrevivir se vuelven más complejos, las competencias que tienen que desarrollar los líderes se van incrementando. Dado que ellos son en gran parte responsables de lo que pase en sus equipos, su "caja de herramientas" se hace cada vez más grande, para dar cabida a todo lo que necesitan conocer y dominar si quieren llevarlos al logro de los objetivos establecidos.

Este conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes es muy variado, y no necesariamente hay un consenso generalizado acerca de cuáles son y qué prioridad tiene cada uno de ellos. Sin embargo, podría decirse que tienen que ver con tres grandes áreas, además, claro, de lo que la propia especialidad profesional les demanda: la de crecimiento personal, la de relación y la de gestión.

El crecimiento personal es condición indispensable para poder incursionar exitosamente en las otras dos. La caridad, se dice, empieza en casa; no se puede ser candil de la calle estando a oscuras adentro.

Es importante considerar esto porque es bien sabido que, como se comentaba aquí mismo la semana pasada, casi siempre se prefiere el cambio ajeno que el propio; este último implica el ser capaz de desprenderse de viejos hábitos y formas de ser y de pensar, de reinventarse y de renovarse, todo lo cual exige un esfuerzo, voluntad y energía que muchos no están dispuestos a invertir.

Esta área de crecimiento personal tiene que apoyarse en el conocimiento realista de uno mismo, que comprenda sus fortalezas, debilidades y áreas de mejora en todos los ámbitos de la vida, tanto profesional como personal. A partir de este diagnóstico, hay que trabajar en aquello que refuerce lo bueno y corrija lo que no lo es tanto. Para ello, hay que estar abierto al cambio, aceptando que uno es perfectible, que puede estar equivocado y que siempre habrá alternativas diferentes a las conocidas. También hay que ser congruente, con la conciencia de que los dobles discursos no hacen más que confundir a los demás. Hay que asumir un compromiso con uno mismo y con los otros, orientarse a resultados y ejercitar el autoliderazgo y la inteligencia emocional, en la parte que tiene que ver con el control de las propias emociones.

De adentro hacia afuera

El área de la relación con los demás va a reflejar hacia afuera lo que se trabajó dentro. Solo estando bien con uno mismo se puede tener una orientación hacia la gente, buscando el beneficio común. El...

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