PERFILES Y RASGOS

AutorHoracio Andrade

DOS TIPOS DE PENSAMIENTO

Es bien sabido que los llamados "modelos mentales" son una especie de piloto automático, que nos permite navegar por la vida partiendo de las ideas que tenemos sobre la realidad y sobre la manera como funcionan las cosas en ella. Estas concepciones y creencias tienen su origen en factores neurofisiológicos (sentidos), culturales (aprendizaje social) y personales (aprendizaje experiencial).

Si bien los modelos son muy útiles para organizar el mundo y decidir la forma como operaremos en él, pueden convertirse también en camisas de fuerza, cuando nos aferramos a ellos y no aceptamos otras alternativas. Muchas veces tendemos a generalizar (transformar experiencias concretas en categorías conceptuales, como cuando se afirma que "todos los hombres son iguales"), a seleccionar (discriminar la información que no encaja en nuestro modelo) y a distorsionar (manipular la información para adecuarlo a él).

Para prevenir el efecto negativo y limitante que pueden llegar a tener los modelos mentales, existen dos tipos de pensamiento que podemos desarrollar, a fin de contar, sí, con un marco conceptual básico que nos explique la realidad, pero también con la capacidad de modificarlo conforme la información y la experiencia nos enriquecen. Se trata entonces de modificar nuestro modelo con base a la evidencia, en lugar de tratar de cambiar la evidencia para que se ajuste a nuestro modelo.

El primero de ellos es el llamado "pensamiento crítico", que utiliza la razón y la reflexión para analizar y evaluar la información, de manera que las ideas que conforman nuestro modelo mental no sean producto de una aceptación ciega, sino el resultado de un ejercicio consciente a través del cual las sopesamos. De esta forma, nuestros juicios se vuelven más objetivos y nuestras opiniones más fundamentadas.

Desgraciadamente, es común encontrar personas que se aferran a su interpretación de la realidad y no son capaces de defenderla con argumentos válidos. Esto las hace dogmáticas.

Pero también el pensamiento crítico ayuda a algo tan práctico como importante para nosotros, como el ser capaces de solucionar problemas y de tomar decisiones. Ambos procesos requieren de manejar adecuadamente la información disponible para que el resultado sea el óptimo.

Pensar críticamente

No hay que confundir la crítica con la oposición gratuita o carente de base. Dos expertos en el tema, Richard Paul y Linda Elder, han identificado las características distintivas del...

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