Perfiles y Rasgos

AutorHoracio Andrade

ESCUCHAR ES MÁS QUE OÍR

Una habilidad básica que hay que desarrollar para comunicarnos mejor con los demás es la escucha. Sin ella, nuestra vida sería un constante monólogo que nos mantendría prisioneros de nosotros mismos y de la forma particular como vemos las cosas.

Sin embargo, pese a su importancia, es una habilidad que no se nos enseña. Se parte de la falsa premisa de que el buen comunicador es aquél que se sabe expresar, y nunca se nos hace ver que lo primero que hay que hacer es prestar atención a lo que los otros nos tienen que decir. Escuchar no es lo mismo que oír; esto último implica un acto físico, por medio del cual nuestros oídos captan y convierten en sonidos las ondas de ciertas frecuencias que llegan a ellos. Escuchar, en cambio, requiere que prestemos a nuestro interlocutor lo que se conoce como "atención psicológica".

La atención física, que es el otro componente de la escucha, ayuda mucho a que ésta se de, pero no la garantiza. Yo puedo estar viendo a los ojos a la otra persona y mandándole toda una serie de señales que le hagan pensar que estoy con ella, y tener mi mente ocupada en asuntos totalmente ajenos a lo que me está diciendo. Por eso, la escucha requiere desarrollar una gran capacidad de concentración, que solo puede darse con la atención psicológica, pero esto presenta, ciertamente, varias dificultades.

La primera y más importante es lo que se conoce como el "gallinero interno": todos tenemos nuestro interior lleno de pensamientos y sentimientos que se disputan a cada momento nuestra atención: recuerdos, preocupaciones, ideas que generamos por las cosas que vemos y oímos. Si de repente les ordenáramos a todos ellos callarse por un momento y dejáramos nuestra mente en blanco, nos asustaríamos por el silencio que se produciría. La verdad es que estamos acostumbrados al constante cacareo. Si queremos escuchar, hay que callar a las gallinas y focalizar nuestra atención en lo que se nos dice.

La segunda es nuestra propensión a pasar de una idea, la que estamos escuchando, a otra, relacionada con ella pero que toma su propio camino. Si nuestro interlocutor nos está compartiendo una situación vivida por él, nos acordamos de algo parecido que nos sucedió hace tiempo y dejamos de prestarle tención para sumirnos en nuestros propios recuerdos.

No juzgarás

La tercera es la tendencia a evaluar, juzgar, interpretar, en vez de recibir el mensaje con la mayor objetividad posible. Si teñimos lo que oímos con el color de...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR