Perfiles y Rasgos

AutorHoracio Andrade

EL GOULAG LABORAL

Cuando se emprende un recorrido por las empresas mexicanas tradicionales, e incluso por algunas de origen foráneo con operaciones en nuestro país, y se habla con la gente que trabaja en ellas, sorprende escuchar verdaderas historias de terror, protagonizadas por personajes que podrían haber sido extraídos de alguna novela decimonónica de Charles Dickens.

Uno no se imaginaría, por ejemplo, que existan jefes que tratan a sus colaboradores casi como los celadores a los presos confinados en el campo de trabajos forzados Goulag, de la antigua Unión Soviética.

Se dan casos, por ejemplo, en que quienes tienen el mando reprenden a gritos a alguna persona delante de sus compañeros; en los que se dirigen a alguien con insultos que atentan contra su dignidad; en los que no permiten que la gente hable entre sí, ni haga otra cosa que no sea trabajar; en los que discriminan de palabra y de obra a quienes consideran "inferiores"; en los que faltan al respeto a los demás de muchas y muy variadas maneras; en los que acosan sexual y psicológicamente; en los que cometen toda clase de injusticias y favoritismos.

El resultado de estas y algunas otras acciones es un clima de trabajo en el que las personas se sienten pisoteadas en sus más elementales derechos, en el que viven en un régimen que genera miedo, en vez de encontrar en su empresa un lugar en el cual desarrollarse y poner en práctica sus competencias, dentro de un ambiente laboral sano.

Si permanecen ahí y no se van es, primero, porque no les resulta tan fácil obtener otro empleo, y segundo, porque nadie les garantiza que el cambio no las haga pasar "de guatemala a guatepeor".

En materia de productividad, desempeño y logro de resultados, sobra decir que éstos podrían ser mucho mejores si se dieran cuando las personas se sienten valoradas, respetadas y motivadas para dar lo mejor de sí. En un campo de trabajos forzados también se cumplen objetivos, pero a un costo demasiado alto.

Derechos fundamentales

Las organizaciones deben ser lugares en los que los colaboradores tengan por lo menos cuatro derechos básicos. El primero de ellos es el derecho a un trato digno, independiente del puesto que ocupen y su posición jerárquica. Esto implica que el hecho de que alguien desempeñe una labor que no es considerada tan importante, o no tenga una posición socioeconómica alta, o un nivel educativo superior, no...

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