Perfiles y Rasgos

AutorHoracio Andrade

Pensar mal para no acertar

En la "Era de la Incertidumbre", como le llamó el economista John Kenneth Galbraith a la nuestra, todo puede pasar. Dado que las certezas se acabaron y solo nos quedan probabilidades de que se den diversos escenarios, nuestra forma de ver el futuro tiene que cambiar.

Cuando el entorno era más estable y las cosas no sucedían tan aprisa, la planeación era un ejercicio relativamente sencillo de llevar a cabo; ahora es muy complicado porque la cantidad de variables que impactan sobre los ámbitos político, económico, social, tecnológico y hasta climático es tal, que preverlas es imposible.

Quizás por eso, el año pasado más de la mitad de los altos directivos entrevistados por IBM confesaron que dudan de su propia habilidad para lidiar con un entorno que cada día se vuelve más volátil y complejo.

Hoy, la gestión del entorno y la administración de riesgos son prácticas tan necesarias, que de ellas puede depender la supervivencia de una organización. Como en cualquier momento podría generarse, desde fuera o desde dentro de ella, un evento que la pusiera en crisis, es indispensable tener las antenas activas para detectarlo a tiempo y desarrollar una capacidad de respuesta rápida y efectiva para hacerle frente.

Entonces, tener la flexibilidad suficiente para "atajar las bolas" que le manda el entorno, es crucial si quiere permanecer. Pero también resulta fundamental que pueda prevenir las contingencias y adoptar las medidas que le permitan evitarlas, o resolverlas exitosamente si de todas formas se llegaran a presentar.

Aunque está de moda la "psicología positiva", que dice que hay que ver todo con ojos optimistas y tener buena actitud ante la vida en general, por lo menos en materia de gestión de riesgos, hay que pensar siempre mal... para no acertar. Significa que si pensamos acerca de lo que podría sucederle a nuestra organización, sería más factible evitarlo. Es como Murphy al revés: si algo puede no salir mal, no saldrá. ¿Cómo lograrlo? Imaginando el peor escenario posible.

El peor escenario

No todas las organizaciones enfrentan los mismos riesgos. Algunos negocios o entornos son más proclives a que los vientos sean huracanados, que otros. Por tal motivo, cada una debe realizar su propio ejercicio para detectar los acontecimientos que podrían hacer surgir una crisis. Casi catsi se trata de practicar el brainstorming negativo: no para encontrar soluciones, sino para hallar posibles problemas. Mientras más...

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