Perfiles y Rasgos

AutorHoracio Andrade

El guerrero, el filósofo y el monje

El ser humano es una especie compleja: por un lado, conviven en nosotros varias naturalezas, además de la biológica, que determinan nuestras diversas maneras de ser y actuar; por otro, están dinámicamente relacionadas, de modo que se influyen mutuamente en vez de permanecer aisladas y actuar cada una por su cuenta.

Son tres las naturalezas o dimensiones básicas identificables en nosotros, y los nombres que podemos darles describen el papel que juegan en la estructura de nuestra personalidad: guerrero, filósofo y monje. Estas figuras son universales, todos las compartimos, sin importar género u otras características particulares; sin embargo, no en todos se manifiestan en la misma proporción o con la misma fuerza, y del grado en el que lo hacen depende en buena medida cómo somos.

También puede predominar en un momento dado alguna de ellas, por factores situacionales o por una etapa específica de nuestra vida, en las que las necesidades, y por lo tanto las prioridades, pueden cambiar. Lo ideal es lograr un balance, un equilibrio entre las tres, y así aprovechar al máximo nuestro potencial.

El guerrero es nuestra parte activa, pragmática, física, emprendedora. Busca los resultados, lucha por lograr los objetivos establecidos y está dominado por la pasión, la voluntad, el deseo constante de mejorar, tratando de vencer los obstáculos que se presentan en la vida.

Muchas veces es impulsivo y desesperado; otras, como cuando está influenciado por el filósofo, es paciente, calculador y estratégico, y espera la ocasión propicia para desenvainar el sable y arremeter. Es energía pura, sensualidad y emoción, movimiento y agilidad, inocencia primigenia.

En las organizaciones, es el ejecutor, el implementador, el que ve la forma de que la cosas se hagan y no se queden en el deseo o en el papel. En la vida, es el que, para bien o para mal, quiere conquistar y aprovechar lo que ésta le ofrece.

Ejecución con destino y rumbo

El filósofo es la parte pensante, la que utiliza al cerebro y a sus diferentes funciones para establecer objetivos, generar ideas, evaluarlas, planear su implementación, vigilar su desarrollo, darles seguimiento y asegurar su cumplimiento.

Plantea preguntas y busca respuestas, funge como abogado del diablo para no aceptar a priori las cosas que a veces se dan por sentadas, usa su...

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