Perfiles y Rasgos

AutorHoracio Andrade

Gestionar el riesgo

En un entorno de negocios caracterizado por la incertidumbre, la toma de decisiones se vuelve un asunto de especial importancia, ya que saber lo que hay que hacer para aprovechar una oportunidad o conjurar una amenaza, puede significar la diferencia entre la desaparición o la supervivencia e, incluso, el crecimiento.

Nadie ni nada puede garantizar que el resultado esperado de una decisión va a ser el que termine dándose. Decidir implica siempre asumir un riesgo. Por eso, los expertos en el tema afirman que la mejor decisión es la que genera el máximo beneficio con el mínimo riesgo. Con frecuencia esto último se olvida, y las cosas no salen bien.

Por eso, de unos años para acá ha tomado mucho impulso la Gestión de Riesgos, como una manera de reducir las probabilidades de que no se tome la decisión correcta, o de que la implantación de la decisión tomada sea un fracaso. Como afirma Dan Borge, autor de "El pequeño gran libro del riesgo" (Paidós), "el futuro puede ser incierto pero no es inimaginable, y todo lo que uno puede hacer es cambiar las probabilidades para que jueguen a favor suyo".

Para evitar en lo posible que la decisión que se tome no sea la adecuada, existen algunas técnicas, como por ejemplo los llamados "árboles de decisión", en los que se van anotando las alternativas disponibles, así como los resultados que podrían darse con cada una, y los beneficios o riesgos que implicarían.

Además, se determina la probabilidad de que cualquiera de estos resultados se dé.

Otra manera de hacerlo es identificar los riesgos que pueden derivarse de una decisión y asignarles un valor que refleje su probabilidad de ocurrencia, y otro que evalúe el daño o impacto que se tendría si ese riesgo finalmente se diera. Con estos elementos (beneficio y riesgo) asociados a cada alternativa, es más fácil decidirse por alguna de ellas.

Por supuesto, eso dependerá de la disposición o aversión al riesgo que cada tomador de decisiones pueda tener. Algunos son más conservadores y se van por lo "seguro" (si es que ello es posible), mientras otros eligen una opción con más riesgo, porque el beneficio esperado (y probable) es también mayor.

Prevenir para no lamentar

Cuando se tiene conciencia de que toda decisión implica riesgos o problemas potenciales, y una vez que ésta ha sido tomada, se puede aplicar un método tendiente a eliminarlos, o por lo menos reducirlos.

El primer paso consiste en determinar todo aquello que pudiera impedir o...

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