Perfiles y Rasgos
| Autor | Horacio Andrade |
La realidad limitada
Una de las teorías más conocidas dentro del extenso campo de las ciencias cognitivas, que en conjunto tratan de explicar la forma en que los seres humanos aprehendemos la realidad y le damos un significado, es el Constructivismo. De acuerdo con este enfoque, la realidad es algo a lo que los seres humanos tenemos acceso de manera parcial, debido, por un lado, a las limitaciones de nuestros sentidos y, por otro, a la influencia que ejerce la sociedad en la forma como interpretamos la información que recibimos. El sentido que le damos a las cosas depende del modelo mental en el que las insertamos, y éste, a su vez, se construye a partir de variables genéticas y ambientales (herencia y aprendizaje).
La primera constricción la dan, entonces, nuestros sentidos. Por medio de ellos captamos lo que se conoce como "realidad de primer orden", que nos llega principalmente en la forma de ondas que son "traducidas" a imágenes o sonidos gracias a la peculiar ingeniería del ojo y el oído.
Sin embargo, el umbral de percepción sensorial es extraordinariamente limitado, por lo que la realidad, por decirlo de alguna manera, se nos "cuela" por una rendija minúscula, dejando fuera a una enorme gama de frecuencias a las que nuestro "hardware" sensorial no puede captar.
Esto implica que hay una muy grande cantidad de realidad a la que, sencillamente, ni vemos ni escuchamos.
Además de captar poco, con frecuencia nuestros sentidos nos engañan, haciendo que confundamos figuras y colores; prueba de ello son, por ejemplo, el daltonismo, o los conocidos dibujos ambiguos, en los que vemos una forma u otra, pero nunca las dos que contienen, o por lo menos no las dos al mismo tiempo. En este sentido, es muy recomendable el último número de la revista Scientific American, dedicado íntegramente al tema de la percepción.
Un mundo de interpretaciones
La realidad de primer orden (el mundo de los "hechos"), no nos llega, entonces, tal cual es. Por si esto fuera poco, la interpretación que le damos a esa información depende del "software" que traemos instalado, es decir, de los modelos mentales que hemos desarrollado como resultado de los procesos de aculturación y de nuestra propia experiencia.
Se crea entonces una "realidad de segundo orden", que es el universo de significados que nos formamos a partir de lo que nos inculcan desde pequeños nuestros grupos de pertenencia, por un lado, y de lo que la vida misma nos enseña a través de la...
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