Perfiles e Historias / Mina al mejor postor
| Autor | Daniel de la Fuente |
Elvia y Marthy de la Garza son hermanas y, de acuerdo a sus amigos, tienen una de las casas más bonitas del centro de Mina no sólo por su típica arquitectura norestense, en contraesquina del Museo Bernabé de las Casas, sino por lo que conservan en su interior: tanto llegaron a acumular de antigüedades, que hasta bazar tenían, aunque hoy está cerrado.
Marthy, quien nació días antes de que su madre muriera, por lo que ella y sus hermanos quedaron a cargo de su padre y de la abuela paterna en esta misma casa, muestra pequeños y gruesos álbumes en los que hay antiguas tarjetas de felicitación, impresos de la Virgen de Guadalupe, varios coloreados a mano, y tarjetas de condolencias, bautismo y primera comunión. Muchas datan de principios del siglo 20. Pura memoria cotidiana del pueblo.
"Ella es a la que le da por ordenar todo eso, a mí no", afirma Elvia al hablar de la afición de su hermana. Enseguida, Marthy saca álbumes en los que hay fotografías con imágenes insólitas: paisajes repletos de vegetación, ojos de agua inmensos en los que aparecen sumergidos decenas de chiquillos y adultos sonrientes.
"Así era aquí antes de que se llevaran el agua a Monterrey", dice Marthy. "Éramos como Villa de Santiago, con plantíos por todas partes. ¡De caña, imagínese!".
Todo cambió cuando en la década de los 50 un satélite descubrió los grandes mantos freáticos de Mina y los gobernantes decidieron transportar el agua a Monterrey para que no muriera el fuerte impulso industrial. Ahí empezó a escribirse el destino del municipio que, con los años, viviría de la nostalgia.
Marthy dice que nunca les ha faltado drásticamente el agua. Pero a Mina lo engulló el desierto en pocas décadas. Incluso por la erosión se pueden ver los enormes tubos por los que el agua es bombeada a la insaciable Sultana del Norte.
"Aquí nos han quitado todo: agua, tierras, nos trajeron un cementerio de desechos tóxicos, ahora un penal", comenta Marty, conversadora. "Y mire ahora lo que está pasando con eso de las tierras de los Medina... ¿Cómo está todo eso?".
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Era un secreto a voces en el pueblo la compra para la familia del Gobernador Rodrigo Medina de los terrenos alrededor de lo que será el penal, tras una lomita y frente al Cerro de la tía Chena. La construcción no va aprisa, apenas una barda inmensa que no se aprecia desde la Carretera a Monclova, aunque sí el camino pavimentado que lleva a la obra.
También se contemplan la instalación de una planta de energía eólica y...
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