Perfiles e Historias / Maestro del canto

AutorDaniel de la Fuente

Como no alcanzaron asientos, Raymundo Lobo y unos amigos se encontraban de pie en el Majestic Theatre para disfrutar de "El fantasma de la ópera", el primer musical de Broadway que el regiomontano vería en su vida.

El cantante quedó tan cautivado con la obra de Andrew Lloyd Webber que, al salir del teatro, ya no era el mismo.

"Me cimbró", recuerda, "tan es así que volteé con Yvonne Garza, mi amiga del alma, y le dije: 'Algún día voy a hacer un papel en esta producción'".

La soprano sonrió ante el entusiasmo de Raymundo: "¡Sueñas!".

"¡Sí!", le contestó, emocionado, "pero es que acabo de sentir algo".

Pasó el tiempo y, vueltas que da la vida, la producción del clásico anunció que haría audiciones para montarlo en México. Raymundo acudió, por lo que ocupó el turno 657 para participar en la prueba en una fila de 2 mil personas que le daba la vuelta al Palacio de los Deportes de la Ciudad de México.

Llegó su turno y, en menos de tres minutos, le dieron las gracias.

A los días le hablaron: lo citaban a una nueva audición, esta vez en el Palacio de Bellas Artes. Lo mismo: tres minutos. Asistió a una más hasta que en la siguiente cita la pianista le preguntó: "¿Qué vas a cantar?".

"'The music of the night'", contestó el artista.

La interpretó y al poco la pianista pidió detenerse. Agarró la partitura y se llevó al cantante a otra área.

"¿Lees?", le preguntó por la partitura. "Sí", respondió.

"¿A primera vista?". Asintió.

Sorpresivamente, la pianista le empezó a pedir al azar y de manera vertiginosa pasajes del musical: "The point of no return", "Down once more". Raymundo interpretaba al momento.

"Me decía: 'Esta parte', '¡ahora esta!', '¡esta!'", describe. "Canté todo lo que me pidió, llevábamos 25 minutos y ya me había sacado el saco, la camisa, el chaleco. Yo creo que bajé como seis kilos".

"Lo más emocionante fue que, para cuando me di cuenta, ya tenía a toda la producción de México y de Nueva York alrededor mío. Yo no sabía quién era quién, pero si me lo hubieran dicho antes de cantar, ¡no canto de nervios!".

La pianista era Kristen Blodget, directora musical de "El fantasma de la ópera" y entre los que le rodeaban se encontraban la coreógrafa Denny Berry, y el productor Morris Gilbert.

Al terminar, Raymundo ya no recibió el lacónico "Gracias" de otras veces, sino un "Nos vemos mañana", por lo que salió emocionado.

Seis meses después del primer viaje, Raymundo fue aceptado en la producción con los cantantes Saulo Vasconcelos y Juan Navarro. Era...

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