Perfiles e Historias / En lucha contra el olvido
| Autor | Daniel de la Fuente |
Fue hacia 1990 cuando Lolita Guzmán Páez presentó el primer problema: no podía marcar los números telefónicos. Dijo entonces que era porque no veía bien, por lo que su familia la llevó con el oculista, pero le diagnosticaron una vista perfecta.
Más tarde empezó a olvidar la bolsa en las meriendas.
La menor de sus seis hijos, Teresa Villarreal de Dillon, recuerda que aquellas anomalías las consideraron propias de la edad. La preocupación, sin embargo, inició cuando llegaron los problemas en el lenguaje, repetir frases, olvidar hechos recientes y descuidos en una casa que ordinariamente era impecable.
"Después de varias consultas y exámenes llevamos a mamá con el geriatra Amador Macías, quien diagnosticó Alzheimer. '¿Con qué se come eso'?, preguntamos".
Amador les explicó: el Alzheimer es una alteración neuronal que provoca, en síntesis, una involución: al crecer empezamos a movernos, a hablar y a desarrollar el juicio, pero con el padecimiento poco a poco todo vuelve a ser como al inicio y el enfermo termina en cama hasta su muerte.
El Alzheimer es progresivo y actualmente no tiene cura. En los enfermos menores a 50 años la enfermedad es agresiva y en la madurez, si hay buenos cuidados, el paciente puede durar muchos años.
La familia de Lolita se concentró en atenderla, sobre todo a partir del 2003 con la muerte de su esposo, quien era su principal cuidador.
Teresa recuerda lo que le dijo entonces Federico Ortiz-Moreno, presidente de la Asociación Alzheimer de Monterrey: "Prepárense, porque es una enfermedad larga. Disfruten todo lo bueno que tiene tu mamá y no estén enfocados en lo negativo, porque va a llegar el momento en que no va a poder hacer nada".
Así fue. Lolita falleció en su cama en el 2009. Al tiempo llegaron Amador y Federico para invitar a las tres hijas de Lolita a conducir las riendas de la asociación.
"Humanamente yo no quería", revela Teresa, risueña. "Había quedado muy desgastada. Me lo pensé.
"Me preguntaron mis hijos: '¿no te fueron suficientes 13 años con este tema?'. Sin embargo, entendí que debía compartir la experiencia, que sería maravilloso trascender en otras familias que pasan por lo mismo que nosotros".
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Teresa es parte de la historia de la Asociación Alzheimer de Monterrey, fundada en 1996 cuando había casi nada en el país en lo que se refiere a la divulgación de demencias.
Amador cuenta que, al regreso de su entrenamiento en Estados Unidos en geriatría, en 1994, se dio cuenta de que había que sensibilizar...
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