Perfiles e Historias / Grabado al arte

AutorDaniel de la Fuente

Era fines de los 80 cuando Enrique Oviedo llegó a Monterrey después de pasar casi tres años dibujando en zonas turísticas del País que se encontró con la oportunidad de trabajar en un centro arqueológico en Zempoala, Veracruz, uno de sus anhelos, ya que siempre ha sentido fascinación por los sitios prehispánicos.

Llegó a la Ciudad para recoger documentos personales que le pedían: acta de nacimiento, cartilla militar, y así tomar posesión del cargo como empleado en aquel paraíso antiguo. Sin embargo, al revisar su veliz se cayó al suelo un pequeño radio que compró en Chetumal y que se encendió en alguna estación en la que escuchó una invitación que cambió su vida.

Era el anuncio para inscribirse en el Taller de Experimentación Plástica, TEP, un espacio en el que gente que no había tenido oportunidad de estudiar artes plásticas podía tomar clases en técnicas como pintura, grabado y escultura.

Este espacio fue creado una vez que el pintor Gerardo Cantú platicó con el humanista Raúl Rangel Frías, recién nombrado presidente del Instituto de la Cultura de Nuevo León, sobre la posibilidad de establecer un taller como el que le dio fama a la Universidad en los años 50: el Taller de Artes Plásticas.

La idea de Cantú fue apoyada por el prohombre y, durante la segunda quincena de mayo de 1987, el Instituto puso en marcha el TEP en un local de la Calle 5 de Mayo. Hasta ahí llegó Enrique, curioso, entonces de 45 años.

"Pedí entrar a clases de dibujo, pero ya no había cupo, así que me quedé en grabado y, como aprendí pronto, finalmente la base del grabado es el dibujo, me quedé enganchado con la técnica", evoca el artista, hoy de 80 años.

Y se quedó en Monterrey. De hecho, el artista confiesa que al entrar por la carretera a la Ciudad en busca de sus papeles sintió algo en el corazón que le anticipó que se quedaría.

"Venía en el autobús y me vi envuelto en el ruido de los carros, el calor, el sol entre las montañas. Dije: '¡Esto es lo mío!'.

"'¿Qué tengo que andar haciendo allá en otra parte?'".

· · ·

Enrique acaba de ser homenajeado por los 80 años que cumplió el pasado 30 de abril. El reconocimiento lo hicieron en el taller de arte que coordina en la Escuela Adolfo Prieto, dependiente del Conarte, por lo que abrieron una pequeña sala en la que exhibieron sus grabados, pinturas y esculturas en alabastro.

Este taller en la Adolfo Prieto, en el Parque Fundidora, es descendiente de aquel TEP que, de la Calle 5 de mayo, mudó su sede a la de Vallarta, más...

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